AUGUSTA

Hoy han operado a Augusta de una pequeña verruga en el pecho (tumor, dicen los veterinarios, aparentemente sin mayores problemas, aunque lo han mandado a analizar). La recogimos a las 8 de la noche y pensaba que la iba a encontrar atontada por la anestesia y, en cambio, me encuentro con la misma de siempre, animada y con ganas de salir ya de una vez de la sala de torturas en forma de consulta médica. Está vendada alrededor del pecho y de esta manera nos ahorramos colocarle el dichoso e incómodo collar isabelino. Ahora he de estar unos días pendiente de ella para que no se chupe ni se intente arrancar la venda; el lunes tendrá la primera cura.

Y mientras Octavia mosqueada por el modelito de Augusta y, supongo, por haber estato sola todo el día.