viernes, 5 de marzo de 2010

AY ESPERANZA ESPERANCITA


Así se hacen las cosas, ¡Olé!
Mientras en Cataluña se abre el debate sobre la crueldad (y bestialidad) de las corridas de toros para goce del respetable, -donde obviamente el pobre toro no tiene nada que decir-, en Madrid Esperancita rauda los declara "Bien Cultural", o lo que es lo mismo "debate cerrado" (sin se se haya abierto aún). Es una manera genial de evitar la más mínima polémica. ¿Se va a hablar de los toros? pues los declaramos lo mejor del mundo; ¿que se prohibe fumar o beber, pues decimos que en Madrid no, porque de Madrid al cielo, sí señor. Esta señora conseguirá, en principio, que se empiece a identificar la cruel (y bestial) fiesta nacional con la derecha más antigua y carca. Igual hasta consigue que las nuevas generaciones pasen de los toros. Yo sigo pensando en que al toro ni se le pregunta, que al fin y al cabo es el que pone su cuerpo para que lo torturen, ¿no? Ahora sólo falta que Aznar suelte por esa boquita alguna de sus perlas y diga que soñó con Dios -mire usted-, en inglés of course, y le dijo que había puesto en la Tierra a los toros para que los machacasen. Les adjunto el artículo al respecto, por si quieren entretenerse con los tejemanejes de esta insigne doña.
...Y en nombre de los toros : ¡hijos de puta!
***
Al estilo de aquel espontáneo que, antes de morder la arena y morir, declaró "¡hoy me tiro aunque sea el cumpleaños de mi hija!", Esperanza Aguirre cogió los trastos, saltó la barrera cuando nadie miraba y firmó un faenón con esa pequeña carga demagógica que encierran las grandes tardes de los toreros ventajistas. La presidenta sorprendió a tirios, troyanos, taurinos, antitaurinos e indecisos al declarar como Bien de Interés Cultural (BIC) la fiesta de los toros en la Comunidad de Madrid: lo hizo, como por casualidad, justo cuando el Parlamento celebraba su segundo día de volcánicos debates sobre la prohibición de las corridas en Cataluña. Esperanza Aguirre no había sido invitada al debate del Parlamento catalán. Dio igual: ella se autoinvitó sin problemas.
"El 70% de los puyazos causa daños neurológicos", afirmó Zaldívar.
Por si quedaba alguna duda con el rifirrafe de Cataluña -donde, por cierto, la fiesta lleva tiempo muriendo lentamente, y no por ninguna Iniciativa Legislativa Popular como la del Parlament, sino por el propio decaimiento de la afición taurina, solo sostenida por los esporádicos llenazos de José Tomás- Esperanza Aguirre lo dejó claro ayer: los toros pueden ser y de hecho ya son objeto de disputa política.
Prueba de ello es que la tarde anterior la presidenta de Madrid había arengado a los dirigentes populares de la Comunidad para que entraran en campaña, pese a que aún quedan 15 meses para las elecciones autonómicas y municipales de 2011. Ése es, precisamente, el plazo máximo de tramitación del expediente de declaración de los toros como BIC.
El vicepresidente regional, Ignacio González, también consejero de Cultura, no tuvo ningún reparo en admitir que la medida está relacionada con el debate abierto en Cataluña para prohibir la lidia. Sin embargo, aseguró que desde hace tiempo los colectivos del mundo del toro habían solicitado la medida al Gobierno madrileño.
Pero aún menos reparos tuvo la propia Esperanza Aguirre al pronunciar un personal e intransferible panegírico en defensa de los toros, "un arte que merece estar protegido y que desde tiempo inmemorial pertenece a la cultura española y mediterránea". "Goya, Picasso, García Lorca y, fuera de nuestro país, Hemingway y Orson Welles se han ocupado de los toros como arte", apostilló.
Es la primera vez que la Comunidad de Madrid abre un expediente de Bien de Interés Cultural a un hecho intangible, como lo es la lidia, pues hasta ahora el listado de BIC de esta autonomía sólo incluye inmuebles, paisajes y bienes físicos. Por poner algunos ejemplos, gozan de esta protección la Puerta del Sol y sus calles aledañas, la muralla de Alcalá de Henares o el conjunto patrimonial que abarca la cerca histórica de San Lorenzo de El Escorial. Pero el Ejecutivo madrileño se escuda en el artículo 9 de la Ley regional de Patrimonio Histórico Artístico de 1998, que establece que también podrán ser objeto de protección "las actividades tradicionales" que reúnan de "forma singular y relevante" valores propios de las tradiciones y costumbres de la Comunidad.
La primera consecuencia del expediente es que la fiesta de los toros quedará protegida desde ese momento, como si ya se hubiera producido la declaración. Eso impediría automáticamente, por ejemplo, cualquier intento de debatir en Madrid la abolición de la fiesta al estilo de lo que se está haciendo ahora mismo en Cataluña.
La ley también contempla exenciones fiscales a los titulares de bienes con la misma protección (aunque no existe un reglamento de cómo se aplican) o sanciones (entre 60.000 euros y 1,2 millones de euros) a quienes "causen menoscabo en los mismos". Éstas son algunas de las cuestiones que deberán determinarse en el expediente, pues habrá que aclarar qué se considera "menoscabo" a la fiesta de los toros. Los 179 ayuntamientos madrileños estarán obligados a colaborar en la protección de los valores de la lidia.
Mientras tanto, el Parlamento catalán siguió debatiendo sobre la prohibición o no de las corridas. Ayer no hubo ni banderillas ni estoques, ni mediáticos símiles con la ablación del clítoris, pero sí, en cambio, mucho Kant, mucho Sócrates y Quevedo. Hasta para quien quisiera acogerse a la tan manida "identidad nacional" hubo argumentario: "La corrida ya no es la Fiesta Nacional de España, ahora forma parte del patrimonio cultural del sur de Europa e incluso es ya patrimonio mundial". La frase fue de Francis Wolff, filósofo y profesor de la Universidad de la Sorbona.
El ganadero Pedro Fumadó subió el tono, al tachar a los parlamentarios de "unos ignorantes del tema, porque moral e intelectualmente no pueden juzgar sobre un tema que desconocen". Salvada la primera pasión, Wolff, autor del argumentado libro Filosofía de las corridas de toros (Ediciones Bellaterra), entró de lleno en los derechos de los animales recalcando que el toro está aparte de todos ellos por su propia biología: "Se le preserva con su innata bravura, por lo que sólo puede servir para la finalidad para la que es criado". Para él, la abolición de las corridas no es un tema que debiera legislarse.
Con enjundia también respondió el único abolicionista de la sesión matinal, el madrileño Pablo de Lora, catedrático de filosofía del derecho, que tiró de un grabado de Goya donde se veía el desjarrete (corte de patas de los toros). "Ha habido muchas maneras de torear a lo largo de los siglos y con el tiempo se ha ido llevando a un protocolo de hacerlo cada vez menos cruento; y el corolario es su abolición".
El veterinario José Enrique Zaldívar, de la asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia, hizo tambalear el tendido: "El 70% de los puyazos se dan en zonas posteriores e incorrectas del toro, infligiendo un gran daño neurológico. Además, las estocadas certeras apenas son del 20%, el resto crean hemorragias internas". ¿Sufren los toros? "Por supuesto: es una agonía lenta, como demuestra su sangre cargada de ácidos". Las consultas se cerrarán el día 17 con un cartel del lujo: los diestros Luis Francisco Esplá y Serafín Marín, el promotor Pedro Balañá, el eurodiputado Carl Schlyter y el biólogo Jordi Portabella. Con o sin ley, habrá sido un debate de dos orejas y rabo.

1 comentario:

Isa dijo...

Bic, bic, bic, escribe fino... bic cristal, escribe normal, bic,bic, bic,bic.... qué se puede decir que no hayas dicho???? bic, bic,bic,bic!!!