domingo, 12 de octubre de 2025

CRUCE DE CAMINOS


Se acaba la semana y aquí sigo añorando el frío, que no llega. Está resultando un finde algo largo, por pesado, al no haber bajado el ritmo y continuar hoy domingo dibujando. Me había propuesto terminar los planos de una vivienda unifamiliar, que ya están casi listos, aunque he dejado las instalaciones para mañana y la Memoria para pasado.
Ahora, que aún queda un rato para la hora de comer, quiero resolver una solana y un cuarto de baño que no logramos consensuar con la Propiedad y estamos a punto de llegar a esos tajos en la obra.
He tenido muchos puntos de inflexión es esta semana que ha pasado, quién lo iba a decir. Lo mismo de siempre en el Ayuntamiento, movidas y malos rollos, conversación seria con una compañera que me apoya y me entiende, hablando del aciago presente, pero sobre todo del futuro inminente (Del lat. immĭnens, -entis, part. pres. act. de imminēre 'amenazar'; adj. Que amenaza o está para suceder prontamente). Inminente, interesante palabra, compleja y llena de significado.
Cinco días dan para mucho, ya he comentado alguna vez que en estos casos la Teoría de la relatividad se entiende perfectamente: a mayor mal rollo, mayor duración del tiempo y a mayor disfrute, todo lo contrario.
He tenido de todo: en el Ayuntamiento la presión de siempre y más, las mismas caras estreñidas y sus comportamientos, las noticias de las que me entero el último y hasta mi desaparición en un chat sin explicación alguna (bueno, la explicación la sé, uno es ya perro viejo). Fuera de la grisura mañanera he tenido dos visitas a dos ancianos, pariente y amigo, convalecientes de sendas operaciones. 
El primero de ellos, mi pariente, me dice, entre líneas, no acabes como yo, trabaja menos y vive más. A mi amigo lo visitamos poco, en seguida llegó la rehabilitadora y los dejamos solos. Lo vi bien, hasta animoso, pero muy delgado desde nuestra última salida a almorzar. En un plis plas la vida te dispara al corazón; a veces acierta.
Rodeado de familiares con edad avanzada, mi madre, mi tío, los padres de mis mejores amigos, empiezo a ver la vida de otra manera o, mejor dicho, la vida empieza a aparecerse frente a mi de diferente manera, de una forma que ya no va a variar jamás, me temo.
Es hora de de mandar la orden a todos los músculos del cuerpo y sacudirme de una vez todo lo que sobra, lo que hace año, lo que impide elevarme, lo que quita el sabor a la propia vida. Resumiendo, todo lo que sobra, y los que sobran también.
Ahora sí que sí.

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