Otra mañana despierto como las gallinas, incluso antes de que cante el gallo. Otra mañana sin mucho ánimo, escuchando la música tristona de Mark Knopfler con los auriculares para no hacer ruido, con el primer café doble (realmente un cortado preparado con dos cápsulas de NESPRESSO) y el primero de los expedientes "abiertos" en el ordenador. Otra mañana que me espera, otra jornada pendiente de una cita importante que no llega, un día más para descontar antes de la cita del miércoles por la tarde donde puede salir un proyecto interesante, la reunión posterior a ella, un almuerzo y un café en buena compañía, ópera, un desayuno acompañado y la visita a un amigo enfermo antes de volver a volar el viernes.
No hay noticias desalentadoras respecto al fin de la Guerra de Gaza (¿no se llamaba antes a esto armisticio?). Es todo tan extraño, una firma de paz en Egipto pero sin sus protagonistas, ni Israel ni Hamas; todo a la mayor gloria de T. La verdad es que nos ha tocado vivir en una época muy extraña. Aun así, sin ellos presentes, un armisticio es un armisticio y tenemos que celebrarlo. La Historia, espero, pondrá a cada personaje en el lugar que le corresponde. Y como ocurre con el día después de unas Elecciones, todos habrán ganado la guerra.
Somos como somos, mala gente que camina.
PD. Tendré que pedir que nos enseñen más fotos de nuestra "sobrina" inglesita para compensar tanta grisura. Como ven, el vaso siempre medio lleno.
♫
Mark Knopfler, *Beryl.
No hay comentarios:
Publicar un comentario