Cafeteo esta mañana temprano, 15° más que agradables, con mi amiga insomne con la que coincido porque así lo decidieron los hados y que me cuenta una historia que nunca termina. Entre risas y risas intenta terminar su exposición sin que pueda vislumbrar el final; entre erupciones volcánicas posibles y fuegos artificiales versaba el asunto. Así, bebido el café y terminada la historia donde el protagonista era un estimado amigo común, ella volvió a su casa y yo a mi oficina, cual Mercurio, a dar comienzo a una nueva jornada llena de interrogantes, como no podría ser de otra manera, con música de Schumann de fondo.
♫
Judy Garland, *Smile.
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