Por fin las noticias en la radio llegan a comenzar sin la lista de infectados o muertos por el COVID-19, increíble, aunque no sé yo ya qué es peor, si morir quemado o ahogado. La curva de contagios desciende, no hay duda, y queda demostrado que la vacuna funciona, es imprescindible. Estos últimos días ha muerto un bombero y un ex corredor de motos, ambos negacionistas, ambos jóvenes, lo que supone la enésima demostración de que lo que es, es. Mientras, entre muertos y altas víricas, en España se suceden las estupideces políticas, que no los políticos estúpidos, aunque pesándolo mejor... Lo de la renovación del Consejo del Poder Judicial es esperpéntico, un absurdo pulso entre unos y otros a los que parece importarle más el poder y menos el país, ¡qué novedad!, ahora aderezado con anuncios agoreros de las leyes que se van a derogar si ganan los otros (primero hay que ganar), lecciones políticas en twitter de tenistas pijos y toreros sádicos. Me está recordando esto al ¡váyase señor González!
Para quien lleva un martillo todos los problemas son clavos, dicen. Lástima que los clavos seamos nosotros; al martillo ya lo conocemos.
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Los Sencillos, *Bonito es.
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