La Declaración de independencia de Israel (en hebreo: הכרזת
העצמאות) tuvo lugar
el 14 de mayo de 1948 en
el Museo de Arte de Tel Aviv, en el
número 16 del bulevar Rotchschild, coincidiendo con la finalización legal
del Mandato
Británico de Palestina, la añorada «Tierra de Israel» (Eretz Israel) de los
judíos. La declaración se llevó a cabo tras haberse aprobado un año antes en
la Asamblea
General de las Naciones Unidas el Plan de partición de Palestina en dos
Estados, uno árabe y otro judío, aceptado por la comunidad judía y rechazado
por la comunidad árabe.
La fecha programada por los británicos para la expiración de
su mandato, el día 15 a las cero horas, coincidía con el sabbat, de modo que las autoridades judías
decidieron adelantar la ceremonia oficial a las cuatro de la tarde del viernes
14, ocho horas antes de que el alto comisario Alan Cunningham abandonara el puerto
de Haifa junto con las últimas
autoridades británicas.
La ceremonia fue organizada con prisas y sin boato, en un
modesto salón, bajo un retrato de Theodor Herzl, el fundador del sionismo, flanqueado por dos largas banderas blanquiazules con la estrella de David. Participaron las
autoridades judías, alcaldes, líderes políticos y religiosos, intelectuales y
periodistas que pudieron llegar a Tel Aviv, en total unas 350 personas, ya
que Jerusalén se
encontraba en esos momentos cercada por las tropas profesionales y bien
equipadas de la Legión Árabe transjordana, ya a las
puertas de la Ciudad Vieja,
en el marco de la guerra
civil.
La histórica declaración, de carácter estrictamente laico
pero que establecía un vínculo con la cultura y la historia de los antepasados
judíos, fue leída por David Ben-Gurión y
comenzaba así:
Eretz Israel ha sido la cuna del pueblo judío. Aquí se ha forjado su personalidad espiritual, religiosa y nacional. Aquí ha vivido como pueblo libre y soberano; aquí ha creado una cultura con valores nacionales y universales.
A continuación fue mencionando con rapidez los hitos que
había atravesado el pueblo judío en su historia reciente, recordando el
largo exilio y el
moderno Yishuv, sin olvidarse de evocar a Herzl y a
la Declaración Balfour,
el Holocaustoy el voto favorable de la ONU.
Se afirmaba que el nuevo Estado se basaría en los principios
de libertad, justicia y paz, abierto a la inmigración de todos los judíos del
mundo (reclama la solidaridad de la Diáspora), y garantizando la igualdad de
derechos y libertades para todos sus ciudadanos, sin distinción. Solicitaba
también ser admitido en la ONU e invitaba a los vecinos árabes a convivir en
paz y buena vecindad, con ayuda y cooperación mutua.
Acababa proclamando, «en virtud del derecho natural e
histórico del pueblo judío, así como la resolución de las Naciones Unidas», un
Estado judío en Palestina, que llevará el nombre de «Estado de Israel».
Por medio de la palabra bíblica «Roca de Israel» (Tsur
Israel) para evitar mencionar a Dios en un texto político, la declaración
concluía con estas palabras:
Depositando la confianza en la «Roca de Israel», suscribimos esta declaración en la sesión del Consejo provisional de Pueblo sobre el suelo de la patria, en la ciudad de Tel Aviv, la víspera del shabat, 5 del mes iyar de 5708 (14 de mayo de 1948).
Tras la lectura de la Declaración, hubo todavía tiempo para
derogar las leyes represivas y antiinmigratorias del Gobierno británico
(véase Libro Blanco)
y Ben-Gurión cerró la sesión tras los acordes de Hatikva, el himno nacional del sionismo y
luego de Israel. En total, toda la ceremonia duró 32 minutos.
Con la excepción del mundo araboislámico, la declaración
encontró una respuesta inmediata y universalmente favorable: así, esa misma
noche, once minutos después de que expirase el Mandato
Británico, Estados Unidosreconoció al nuevo Estado de
Israel. La Unión Soviética lo
hizo tres días después. La noche siguiente a la declaración, los ejércitos de cinco
países árabes (Transjordania, Egipto, Siria, Líbano e Irak)
cruzaron la frontera e iniciaron la invasión del antiguo Mandato, dando así
comienzo a la primera
guerra árabe-israelí.
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