Leo un artículo acerca de la polémica creada por el encuentro entre el torero Francisco Rivera y los antitaurinos a colación de un pregón en no-sé-dónde; los antitaurinos se quejaban de la elección de un torero para tal acto. Después, el periodista, alegaba contra unos y otros y resaltaba en el texto la supuesta moda de creer que los antitaurinos son mejores personas que los amantes de la fiesta (de la tortura, diría yo). Claro que todo es relativo y dependerá de los principios que cada cual tenga. Yo, por ejemplo, sí creo que todo aquel que aborrezca la tauromaquia es mejor persona que los otros, y la rezón es muy sencilla: para mi el amor a los seres vivos en importante y la fiesta de los toros no es sino una cruel expresión de la tortura contra un animal indefenso para goce del respetable (¿respetable?). Ah, y antes de que alguien se pregunte si como carne, por aquello de la recurrente respuesta, no, no como carne y sí, también me preocupa el hambre en el mundo, el maltrato a los niños, a las mujeres y a los ancianos. Y repitiendo lo que dije hace un par de días, también me ducho todos los días.
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