UK, UE, ISRAEL

El Reino Unido deja la Unión Europea, qué triste noticia. Los problemas internos del Partido Conservador británico, la crisis de los refugiados, la crisis a secas, el dichoso dinero, la libre circulación, el chovinismo y dios sabe cuántas cosas más han llevado a que el resultado del referéndum de hace un par de días haya dividido al país en casi la mitad entre los del LEAVE o los del STAY. UK ha votado y ha decidido dejar la Unión, de manera que hay que aceptar obviamente la decisión. ¿Quién ha demostrado euforia por este resultado? pues desgraciadamente la ultraderecha europea, Putin, Donald Trump... Llegados a este punto queda reflexionar sobre qué significa ser europeo, ¿lo somos realmente? ¿nos sentimos de verdad un solo pueblo a la manera de la que entienden su país los norteamericanos? Ojalá fuera así, pero me temo que no lo es. Escuchaba una tertulia en la radio esta mañana temprano, a colación del BREXIT, y el periodista comentaba que había llegado la hora de modificar las instituciones para que Europa fuera realmente eso, una unión verdadera y no sobre el papel; es hora de que la UE logre aunarnos de manera que todos nos sintamos hermanos, que todos funcionemos con un mismo motor, un corazón común. 

Yo nací en las Islas Canarias y, además de canario me siento español y europeo. Recuerdo aquellos años de mis primeros viajes donde para ir a Estados Unidos debías llevar una carta del banco sobre la solvencia de tu padre, o llegar a Londres en avión y que te miraran de arriba abajo, escrutando el pasaporte, pensando que seguramente era otro pobre españolito que pensaba quedarse en Inglaterra. Con la entrada en la UE llegó la modernidad, la cabeza alta, entrar en un sitio u otro sintiéndose seguro, respaldado por un pasaporte con las letras UNIÓN EUROPEA-ESPAÑA; fuera ya ese complejo de inferioridad que arrastrábamos los españoles después de tantos años de oscurantismo. Cierto es que España no es Gran Bretaña en cuanto al imperio que fue, y lo fue; ni siquiera tenemos palabra para ello, salvo quizá patrioterismo, algo despectivo, y debemos echar mano del francés.

Pues bien, Gran Bretaña se va, good bye!, nos da mucha pena pero la vida sigue y no cabe otra. Los que creemos en Europa esperamos que esto sea un toque de atención y que las instituciones aprovechen la oportunidad para mover ficha de manera que la cosa mejore. 

A colación de lo que comentaba antes sobre la idea de ser europeo, entendiéndolo como un sentimiento común heredado de la historia y de las raíces que nos unes, siempre he pensado que Israel debería formar parte de la Unión Europea, aún sabiendo lo políticamente incorrecto de este pensamiento si tenemos en cuenta la ola de antisemitismo de los últimos tiempos. Europa no puede negar su desarrollo según el pensamiento judeocristiano, entendido más en términos éticos que religiosos. Israel es un país joven, multiétnico, profundamente democrático (a los hechos históricos me remito) que comparte los valores modernos que esgrime la Unión Europea.

No sé si veremos algún día a Israel integrado, pero insisto en que sería una incorporación lógica y deseable. 

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Una lectora de mi blog me recrimina que "robe" un artículo y lo inserte en mi blog. No ha sido esa mi intención pues siempre, en todos los casos, está el link desde donde lo recojo para insertarlo, en este caso de la web www.labolsa.com, como puede comprobarse debajo del título. Quien lea mi blog asiduamente sabe perfectamente cuándo escribo yo algo o cuando lo tomo de otras fuentes, siempre indicadas. Obviamente, como no es mi intención molestar a nadie sino disfrutar con el blog, retiro el artículo y dejo a quí el link por si a alguien le interesa leerlo desde su fuente original:
http://www.labolsa.com/foro/mensajes/146679071233925800/