He aquí un gráfico que ilustra, desgraciada y claramente, la realidad actual de mi profesión y de mis compañeros, que hemos visto cómo en estos años de crisis el Arquitecto ha muerto. Fíjense cómo, además y de manera incomprensible, a pesar de todo han aumentado las Escuelas de Arquitectura, tanto públicas como privadas, cosa difícil de comprender.
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