Un día en el que tuve tiempo de desayunar con mi amigo Luis para ponernos al día, salir de compras navideñas por La Laguna -mi primer día de compras y espero que el último-, pasar por el banco, recoger un libro en la Librería El Paso, ver el estupendo zoco de arte en la galería STUNT -y volver a hablar allí con Luis, el galerista-, comprar incienso para mi casa y regresar a la moto dando un paseo despacio. No llovía y casi diría que el sol brillaba.
Durante la mañana pasé por un anticuario que desconocía, junto a la catedral, y saqué dos fotos desde fuera, una con unas preciosas mesas auxiliares y también de la maravillosa mecedora de los Eames, de la que ni me atreví a preguntar el precio...
La mañana estaba completa, así que solo me restaba bajar a Santa Cruz, tomarme un café, comer en casa de unos amigos donde arreglé parte del soporte de un televisor, saliendo raudo hacia Tegueste donde celebraríamos, y así lo hicimos, el cumpleaños adelantado de mi ahijado Pablo y su gemelo Carlos -los hijos de mi socio Juan y Alicia-. La fiesta estuvo muy divertida, buena comida, mejor conversación y las caras de felicidad de los niños que alimentan el alma. Una magnífica ocasión para reencontrarme con amigos a los que desgraciadamente veo poco. Llegué a casa sobre las 21:30 rendido, pero esta es otra historia.
Estos fueron mis exitosos regalos de cumpleaños: un libro de Star Wars y dos sudaderas del Capitán América.
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