¡Por fin sale el sol! Hace fresco y hay alguna nube amenazante, pero el día está agradablemente soleado y apetece dar una vuelta, como hice hace un rato. La pena fue que al bajarme de la moto casi me caigo, además de darle una patada a una barra de hierro de esas donde se atan las bicicletas, por lo que mi asueto mañanero no dio sino para un café con mi amigo Luis y un corto paseo hasta la catedral, cojeando.
PD. Por cierto, tengo que limpiar la ventana con urgencia.
Qué gusto da ver tiendas donde los perros son bienvenidos. No sabe la gente que lo prohíbe la cantidad de gente jubilada que pasea con sus perritos -jubilados y gente joven- que no pueden comprar, ni ver, porque se les niega la entrada a las tiendas con sus mascotas.
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Yma Sumac, *Taki Rari.
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