sábado, 29 de junio de 2013

LOS NUEVOS SEÑORES FEUDALES O CÓMO UTILIZAR LO QUE SE ES COMO INSULTO RECURRENTE

Leyendo todo lo que se publica sobre el inefable Bárcenas, ex tesorero del PP muchos años, partido en el Gobierno actual, no debemos olvidarnos, no dejan de sorprenderme las noticias, algunas por rocambolescas; ¡qué listos son estos modernos señores feudales para esconder sus trapicheos económicos! Encima paseándose por Madrid, con la cabeza alta, como si no pasase nada. Claro, debía pensar el fulano, ¿quién se va a atrever a tocarme un pelo siendo quien soy? Si es que tengo cogido a Rajoy y a su camarilla por los huevos. Menos mal que parece que a esta gentuza poderosa, o poderosa gentuza que suena mejor, parece que se les termina la patente de corso de una vez, a ver si es verdad. Estos personajes chulescos que se creen intocables (supongo qué más por lo que saben que por lo que son realmente), y que tantos nos ha dado la historia moderna española, esperemos que se vean reflejados en este sujeto y que, si no dejan de robar -que no lo harán pues la ambición no tiene límites- por lo menos que, como dirían aquí, que se caguen por las patas pa'bajo... Esta gente es tan prepotente que no se le ocurre otra cosa que amenazar a un juez, increíble. ¡Y yo que me cagaba, volviendo a usar la soez expresión, cuando un profesor me miraba serio y me decía cualquier cosa!
He recordado una historia que me contó un amigo/bro hace años. Él, gay, se reunía con su grupo de amigos después de salir del armario y, en medio de la cena, uno de ellos, el graciosillo, lo llamó maricón. Él, sin inmutarse, lo miró y le dijo, sí ¿y? ¿cuál es el problema? me has llamado lo que soy. El cretino del otro se calló.
Esta manía recurrente de utilizar lo que somos es tan triste como patética: llamar negro a un negro, marica a un gay, gordo o flaco a un ídem o socialista a un socialista. Claro que el "insulto" está a la altura del que lo dice. Vean las declaraciones del juez Benítez de Lugo acerca de las increpaciones que le hizo Bárcenas cuando empezaban a destaparse sus trapicheos:

“Señalándome con el índice, me dijo: Socialista, me vas a encontrar”
El letrado que primero pidió cárcel para Luis Bárcenas relata el encontronazo.
María Fabra Madrid 29 JUN 2013 - 00:07 CET 

El extesorero del PP Luis Bárcenas no sacó el jueves su dedo más conocido, el anular, sino el índice, para señalar al abogado que acababa de pedir al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz que lo mandara a la cárcel. “Socialista, me vas a encontrar”, espetó Bárcenas a Mariano Benítez de Lugo, el letrado de la acusación popular que representa a la asociación de abogados ADADE. “Lo hizo señalándome con el índice y en tono de amenaza”, relató ayer el letrado y así lo registró en la denuncia presentada ante el juzgado, como adelantó EL PAÍS.
Fue poco antes de las siete de la tarde. El extesorero acaba de salir del despacho del secretario judicial, donde, custodiado por varios agentes y acompañado de su abogado, se acababa de enterar de que su próximo destino era la cárcel. “Pasó por delante, estaba desencajado, y después de dar dos o tres pasos se paró, se giró, levantó el dedo índice y señalándome y con tono de amenaza, me dijo: Socialista, me vas a encontrar”, recordó el letrado ayer. La actitud de Bárcenas le valió incluso el reproche, tímido, de su defensa, el abogado Alfonso Trallero. Minutos antes, para defender la libertad de Bárcenas, había alegado que ningún imputado por el caso Gürtel estaba encarcelado, olvidando los tres años que los cabecillas de la trama corrupta, Francisco Correa y Pablo Crespo, permanecieron en prisión.
El hecho es que Benítez de Lugo representa a la única acusación que pidió la celebración de la vistilla, el acto para solicitar la adopción de medidas. Anticorrupción, que luego reclamó el ingreso en prisión sin fianza, ni siquiera había solicitado este trámite.
El responsable de las cuentas del PP durante dos décadas pasó ayer su primer día en la cárcel y a la espera del recurso contra el auto de prisión. Bárcenas hizo que le llevaran algunas cosas, ya que llegó a la cárcel directamente desde la Audiencia Nacional.

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