El kauri (Agathis australis) es una especie de conífera endémica del norte de la Isla Norte de Nueva Zelanda al norte de los 38º lat. S. y es la mayor especie de árbol de Nueva Zelanda (por volumen) pero no en altura, rivalizando en el diámetro de su tronco con la secuoya de Estados Unidos. El árbol tiene la corteza lisa y las hojas pequeñas ovales.
Los escasos bosques de kauris aún existentes después de una tala intensiva, se encuentran en la mitad septentrional de la Isla Norte de Nueva Zelanda. Quizá el árbol de kauri más famoso es el denominado Tane Mahuta, situado en el bosque de Waipoua (región de Northland), y cuyo nombre significa El señor del bosque en maorí. Se trata del mayor árbol de kauri que existe en la actualidad (4,4 m de diámetro y 17,7 m de altura hasta el nacimiento de la primera rama). El árbol más anciano es el denominado Te Matua Ngahere (El padre del bosque), también en el bosque de Waipoua y con una edad estimada de unos 2000 años. Algunos de los mayores ejemplares talados en los dos últimos siglos eran mucho más viejos.
Los árboles de kauri crecen rectos y hasta una gran altura (aproximadamente unos 50 m), con una corteza suave y pequeñas hojas ovaladas. Cuando el árbol es joven, tiene la forma de un cono estrecho con ramas saliendo a lo largo de toda la longitud del tronco. Los troncos crecen rectos y, a medida que van ganando altura, las ramas más bajas se van cayendo hasta que finalmente las ramas superiores se convierten en una corona imponente que sobresale por encima de los demás árboles y domina el bosque. Al caerse las ramas inferiores, el tronco se transforma en una gran columna sin ramas. La corteza se desprende del tronco en escamas de pequeño tamaño, lo que impide que las plantas epifitas trepen a su tronco.
La reproducción tiene lugar entre piñas masculinas y femeninas de un mismo árbol. La fertilización de las semillas puede llevarse a cabo mediante polen del mismo o de diferente árbol. Las piñas femeninas tardan dos años en madurar. Las semillas disponen de alas y el viento las dispersa cuando las piñas se abren.
El tamaño, dureza y resistencia de la madera de kauri hicieron de ella un material popular en la construcción de edificios y barcos, especialmente para mástiles, debido a su veta paralela y a la ausencia de ramas hasta una gran altura. El color claro de su madera la hacía también particularmente adecuada para la fabricación de mobiliario. Asimismo se utilizaba para la construcción de puentes, vallas, presas, moldes para la forja de metales, tinajas, cisternas, barriles, rodillos para la industria textil, traviesas de ferrocarril, entibados para minas y túneles, etc. La corona y el tocón del árbol poseen una veta muy apreciada por su belleza, por lo que se usó para panelar paredes y para fabricar ornamentos y muebles.
Historia
Los antepasados del kauri aparecieron durante el periodo Jurásico (hace entre 190 y 135 millones de años).
A finales del siglo XIX y principios del XX, la goma de kauri (resina de kauri semifosilizada) se convirtió en un artículo valioso, particularmente para la producción de barnices, y fue el centro de una industria considerable en aquel tiempo.
Sin embargo, intensivamente talado para explotar su madera en el pasado, el kauri es en la actualidad muchísimo menos común que en los tiempos anteriores a la llegada de los europeos a Nueva Zelanda, hasta el punto de haberse encontrado al borde de la desaparición.
Los bosques de kauris no son realmente áreas en las que sólo crezca el kauri, sino que existen también podocarpos (como el rimu, el miro, el totara, el toatoa y el tanekaha) y otros árboles de madera dura, como el tawa y el taraire. El sotobosque es denso y exuberante, con pequeños árboles, matorrales, helechos, musgos, líquenes, plantas epifitas y bejucos. Los escasos bosques supervivientes de kauris de Nueva Zelanda se han convertido en una atracción turística debido al tamaño de los kauris.
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