No he entendido nunca la obsesión proselitista ni la intolerancia. Si no quieres divorciarte no lo hagas, pero ¿qué más te da que lo hagan los demás? ¿acaso te molesta? Si no te gustan los hombres, no te cases con ellos, ni con mujeres si tampoco te gustan; ¿qué te importa que lo haga tu vecino o tu vecina? ¿te afecta acaso en algo? ¿Y tu religión? ¿yo me meto acaso con tus creencias? ¿no? ¿entoces por qué no me dejas de dar la tabarra con la tuya? ¿no ves que no me interesa?
Leo que en Francia han aprobado las bodas gays, por una amplia diferencia de votos. Hasta aquí bien, otro país civilizado; o eso parece. Cuánta gente en la calle protestando... no lo entiendo, ¿qué les importa que se casen los gays?
En España se aprobó la ley del matrimonio homosexual y hoy, después de algunos años, ¿le importa a alguien? Yo diría que no. ¿Y qué decir del divorcio? ¡cuánta lata dieron los más conservadores, por no decir la Iglesia, antes de aprobar la dichosa ley en España! Ahora se ha divorciado hasta el apuntador, de derechas y de izquierdas... ¿alguien habla del divorcio hoy? No. Al que no le guste que no se divorcie y todos tan felices.
¿Y el aborto? ¿es que no pueden decidir sobre su cuerpo las mujeres? Yo no entiendo nada. Maldita doble, triple... moral.
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