El periódico EL PAÍS sigue con la arraigada costumbre española de promocionar la "fiesta" de los toros, esta indigna tortura a un animal (manso, en el caso de esta corrida, según el pie de foto) y de encumbrar a los toreros (y discúlpenme los pro-taurinos) sanguinarios.
NOTA: lo que brilla encima del toro no es lustre ni arte, es ¡sangre!
Empezó ayer la campaña electoral, esa época en donde los políticos sacan lo mejor de sí para vender neveras a los esquimales, o sea a nosotros, pobres diablos siempre necesitados de guías preclaros que nos muestran el camino... Vuelven los de siempre, los unos y los otros, los otros y los unos. Sabremos el 22 por la noche quién nos dirigirá, oiremos a unos y a otros decir que ambos han ganado (esa paradoja que no entiende nadie pero que repiten cada cuatro años) y volveremos al redil que nos seguirán marcando los pagos mensuales, los bancos, los seguros, la vida misma. Los más afortunados tendrán el fútbol para evadirse (¡menos mal que la afición al fútbol no lo es igual a las corridas de toros!), los menos tendremos que echar mano a otras cosas para olvidarnos de lo que hay.
Y, volvieendo a la campaña, es grato ver que vuelve a estar presente el partido animalista PACMA: http://www.pacma.es/
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