sábado, 7 de mayo de 2011

CENA Y POLÍTICA

Mira que nos enseñan desde pequeño que comiendo entre amigos no se discute ni de política ni de religión, pero siempre terminamos tropezando en la misma piedra. Menos mal que después la sangre no llegó al río y la cena acabó bien, sin tensiones (creo). Pero es que a veces me cuesta mantener la boca cerrada cuando escucho cierto tipo de cosas. ¿La solución? bien "fácil", ver, escuchar y callar.

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