*Las cosas del querer. Miguel de Molina
(Letra de Rafael de León y Antonio Quintero. Música de Manuel Quiroga)
(Letra de Rafael de León y Antonio Quintero. Música de Manuel Quiroga)
***
I
Si tu gente no me quiere,
ni a ti te traga la mía,
¿por qué tú te has vuelto loco
y yo estoy loca perdida?,
si tú no tienes dinero
y yo no tengo dos reales,
¿qué vamos a hacer, "sentrañas",
con tan grandes capitales?
¡Válgame la Soledad!,
si somos uno del otro,
¿quién nos puede separar?
Estribillo
Son las cosas de la vida,
son las cosas del querer,
no tienen fin ni principio,
ni "tien" cómo ni por qué.
Tú eres alto y yo bajita,
tú eres rubio y yo "tostá";
tú de Sevilla la llana
y yo de Puerto Real.
Que no tiene "na" que ver
ni el color, ni la estatura
con las cosas del querer.
II
Si tú me quieres de noche
y yo te quiero de día,
si yo bebo de tu boca
y tú bebes de la mía.
Si el aire que tú respiras
es el que estoy respirando,
¿"pa" qué nos piden razones
del qué, del cómo y del cuándo?
Lo nuestro tiene que ser
aunque entre el uno y el otro
levanten una pared.
Estribillo
Si tu gente no me quiere,
ni a ti te traga la mía,
¿por qué tú te has vuelto loco
y yo estoy loca perdida?,
si tú no tienes dinero
y yo no tengo dos reales,
¿qué vamos a hacer, "sentrañas",
con tan grandes capitales?
¡Válgame la Soledad!,
si somos uno del otro,
¿quién nos puede separar?
Estribillo
Son las cosas de la vida,
son las cosas del querer,
no tienen fin ni principio,
ni "tien" cómo ni por qué.
Tú eres alto y yo bajita,
tú eres rubio y yo "tostá";
tú de Sevilla la llana
y yo de Puerto Real.
Que no tiene "na" que ver
ni el color, ni la estatura
con las cosas del querer.
II
Si tú me quieres de noche
y yo te quiero de día,
si yo bebo de tu boca
y tú bebes de la mía.
Si el aire que tú respiras
es el que estoy respirando,
¿"pa" qué nos piden razones
del qué, del cómo y del cuándo?
Lo nuestro tiene que ser
aunque entre el uno y el otro
levanten una pared.
Estribillo
***
Miguel Frías de Molina (Málaga, 10 de abril de 1908 - Buenos Aires, 4 de marzo de 1993), conocido artísticamente como Miguel de Molina fue un cantante español de copla. Miguel de Molina nació en Málaga el 10 de abril de 1908. Fue criado por seis mujeres: su madre, su hermana y sus cuatro tías. De niño fue inscrito en un colegio de religiosos. Ya adolescente, llegó a Algeciras y trabajó de limpiador en un burdel. Un día, una de las prostitutas intenta acostarse con él, cosa que él rechaza como contraria a su naturaleza y, por ende, a su propia moral. Es decir, en ese momento ya tiene definida su orientación homosexual.
A los 20 años se dedicaba a llevar grupos de turistas a tablaos flamencos, pero sabe el potencial artístico que posee: voz y actitudes especiales para la copla española. En 1931 decide dedicarse a tal arte. Triunfa en Madrid, pero es en Valencia donde obtiene sus mayores éxitos, popularizando números como El día que nací yo, Triniá, Te lo juro yo, La bien pagá y Ojos verdes. Ésta última, una de las más célebres coplas españolas, estrenada en el barcelonés Café de Oriente, posteriormente sería incluida por Concha Piquer en su repertorio. Molina fue uno de los puntales del género de la copla, con una personalidad única como intérprete masculino.
Actuó para el disfrute de las tropas republicanas, pero llegada la dictadura de Franco un empresario le ofrece 500 pesetas por actuación, cuando anteriormente cobraba hasta 5.000 pesetas. Con toda iniquidad, le obliga a aceptar o, de lo contrario, le acusará de su pasado republicano. De todas formas fue torturado y obligado al exilio. Acusado de haber ayudado al ejercito republicano y ser homosexual, fue apaleado por tres individuos que se habían identificado como policías, siendo unos de ellos José Finat y Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, tras una actuación.
En 1942 se va exiliado a Buenos Aires, donde participó en películas como Luces de candilejas o Ésta es mi vida. Un día, una orden de la Embajada española para que abandone Argentina da inicio a sus problemas por su condición de homosexual. Se exila en México hasta que, años más tarde, una llamada de Eva Perón hace que vuelva a Argentina; se le ofrecen numerosos contratos por el país. En 1957 vuelve brevemente a España. Ya en 1960, a los 52 años, decide terminar con su carrera artística. Fija temporalmente su residencia en Nueva York. En 1992 el gobierno de Felipe González le otorgó la orden de Isabel la Católica, reconociendo su contribución personal al mundo del arte en España. Falleció el 4 de marzo de 1993 en Buenos Aires a la edad de 84 años. Fue enterrado en el porteño cementerio de la Chacarita, en el nicho Nº 397 del Panteón de la Asociación Argentina de Actores. La película Las cosas del querer —dirigida por Jaime Chávarri en 1989 e interpretada por Manuel Bandera, Ángela Molina y María Barranco— es una versión libre basada en su vida. Resultó un éxito de taquilla. En los años noventa se hizo una segunda parte en Argentina. Según se desprende del libro Botín de guerra, donde se reúnen textos escritos por Miguel de Molina, la producción de la película no le pagó derechos por utilizar (de manera libre) su historia personal. Fue un ser honesto y estricto, a la vez que eficiente y profesional. En su exilio era renuente a conceder entrevistas a periodistas de medios españoles. En sus espectáculos él mismo cuidaba hasta el mínimo detalle, empezando por el marketing y la publicidad. En marzo de 2009 su original y rico vestuario, que por lo general él mismo había diseñado, fue objeto de una exposición montada por sus herederos en Madrid.
A los 20 años se dedicaba a llevar grupos de turistas a tablaos flamencos, pero sabe el potencial artístico que posee: voz y actitudes especiales para la copla española. En 1931 decide dedicarse a tal arte. Triunfa en Madrid, pero es en Valencia donde obtiene sus mayores éxitos, popularizando números como El día que nací yo, Triniá, Te lo juro yo, La bien pagá y Ojos verdes. Ésta última, una de las más célebres coplas españolas, estrenada en el barcelonés Café de Oriente, posteriormente sería incluida por Concha Piquer en su repertorio. Molina fue uno de los puntales del género de la copla, con una personalidad única como intérprete masculino.
Actuó para el disfrute de las tropas republicanas, pero llegada la dictadura de Franco un empresario le ofrece 500 pesetas por actuación, cuando anteriormente cobraba hasta 5.000 pesetas. Con toda iniquidad, le obliga a aceptar o, de lo contrario, le acusará de su pasado republicano. De todas formas fue torturado y obligado al exilio. Acusado de haber ayudado al ejercito republicano y ser homosexual, fue apaleado por tres individuos que se habían identificado como policías, siendo unos de ellos José Finat y Escrivá de Romaní, conde de Mayalde, tras una actuación.
En 1942 se va exiliado a Buenos Aires, donde participó en películas como Luces de candilejas o Ésta es mi vida. Un día, una orden de la Embajada española para que abandone Argentina da inicio a sus problemas por su condición de homosexual. Se exila en México hasta que, años más tarde, una llamada de Eva Perón hace que vuelva a Argentina; se le ofrecen numerosos contratos por el país. En 1957 vuelve brevemente a España. Ya en 1960, a los 52 años, decide terminar con su carrera artística. Fija temporalmente su residencia en Nueva York. En 1992 el gobierno de Felipe González le otorgó la orden de Isabel la Católica, reconociendo su contribución personal al mundo del arte en España. Falleció el 4 de marzo de 1993 en Buenos Aires a la edad de 84 años. Fue enterrado en el porteño cementerio de la Chacarita, en el nicho Nº 397 del Panteón de la Asociación Argentina de Actores. La película Las cosas del querer —dirigida por Jaime Chávarri en 1989 e interpretada por Manuel Bandera, Ángela Molina y María Barranco— es una versión libre basada en su vida. Resultó un éxito de taquilla. En los años noventa se hizo una segunda parte en Argentina. Según se desprende del libro Botín de guerra, donde se reúnen textos escritos por Miguel de Molina, la producción de la película no le pagó derechos por utilizar (de manera libre) su historia personal. Fue un ser honesto y estricto, a la vez que eficiente y profesional. En su exilio era renuente a conceder entrevistas a periodistas de medios españoles. En sus espectáculos él mismo cuidaba hasta el mínimo detalle, empezando por el marketing y la publicidad. En marzo de 2009 su original y rico vestuario, que por lo general él mismo había diseñado, fue objeto de una exposición montada por sus herederos en Madrid.
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