Lista de contagios, artículos sobre el desbordamiento en los hospitales, sobre el estrés acumulado de los sanitarios, sobre los muertos que siguen cayendo; ésta es la nueva realidad a la que hemos llegado, con las balas silbando a nuestro alrededor, cada vez más cerca, 3ª dosis en ciernes para la mayoría, los niños comenzando la vacunación y los ecos de los insolidarios antivacunas de fondo. De los suicidios poco se habla, impera aún la ley del silencio, de lo que no se habla no existe, pero haberlos haylos. Dos años ya de tristeza y miedo. Dos. Difícil se nos está poniendo la vida entre una cosa y otra.
Otro día de comienza, frío, otro día de la marmota, mismas noticias en los periódicos, todo es ómicron, hoy al menos con el antiguo sonsonete de los niños de San Ildefonso, que no mutantes, cantando los millones que le arreglarán a alguien la vida y que acaban de dar al ambiente los aires navideños patrios.
Queda esperar que nuestros seres queridos, como nosotros, pasen esta variante de mierda sin pena ni gloria, con síntomas leves, y que pronto podamos volver a estar juntos y, si es posible, hablando de otra cosa. No cabe duda que, si en 100 años todos calvos, en menos tiempo todos con COVID.
Por cierto, continuando con mi necesaria cura, ayer me acosté a las 19:15h y me quedé frito refrito hasta esta mañana a las 04:24h.
Disfrutemos de esta preciosa y triste música para comenzar este día de Júpiter deseando lo mejor a los contagiados, ídem al resto y salud, ahora, como la sal otrora, el bien más preciado. 2022 será nuestro año, lo presiento. ¡Ánimo!
♫
Gustav Mahler, Sinfonía nº5. *Adagietto.
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