Ana Belén, *Peces de ciudad.
Escucho entretenido, mientras dibujo, una conferencia de Almudena Grandes sobre Galdós. Ella, que se autodefine galdosiana, nos transmite su pasión por el escritor grancanario, orgullo de las islas nunca suficientemente elogiado. Siento una envidia gigantesca por todos los escritores que tienen tiempo para escribir y que, además, lo hacen bien. Sería mi sueño poderme dedicar a esto si tuviera talento, tiempo, años (menos), capacidad y tantos adjetivos que no añadiré. Uno ve a escritores como ella, tan campantes hablando de genios de la literatura como si de colegas se tratase (de hecho lo son), y es ahí donde la realidad te da una bofetada, así que vuelta a despertarme con el gallo del vecino y, más que escuchar el crujido de la seda por el pasillo, que diría Don Benito, es mi edredón el que hace ruido mientras suspiro al poner los pies sobre la alfombra de mi cuarto al levantarme. Para mi imaginación queda escribir, dirigir orquestas o tocar en ellas, cantar ópera, emular al Dr. Dolittle y tantas otras cosas que me guardo. No nos queda otra que intentar encontrar el tiempo perdido en el futuro.
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Biblioteca de Tres Cantos, Madrid.
Conferencia de Almudena Grandes sobre Galdós.
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