Hace unos años, en las postrimerías de ETA, en el País Vasco hubo un acuerdo histórico para que varios partidos gobernaran, apoyando esta opción tanto la derecha como la izquierda. Siempre se justificó esta acción por el bien del pueblo y para dejar fuera a los partidos independentistas; era cuestión de estado, decían.
Desaparecida ETA, habiendo paz en Euskadi y con las miradas actuales puesta en Cataluña, los partidos de la derecha (PP y Cs) no han estado a la altura, pudiendo hacer votado SÍ a la investidura como senador autonómico de Miquel Iceta, han preferido abstenerse y echarle la culpa al cha cha cha, esta vez ERC y Junts per Catalunya. Habrá quien diga, aún, que estos dos partidos son adalides de la democracia. Increíble.
No debe ser ésta, esta vez, una cuestión de estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario