miércoles, 7 de diciembre de 2016

SENSACIONES

Suelo hablar de manera recurrente de lo relativo de la vida, todo es igual o diferente según se mire, según el momento, según las circunstancias. Pongamos de ejemplo el día de hoy, un miércoles cualquiera, salvo quizá que es víspera de fiesta, ya de por sí un motivo de pequeña (o mucha,he aquí de nuevo la relatividad) felicidad. Si además le sumamos que ha sido mi último día de trabajo y que empiezo, por tanto, las vacaciones de Navidad ya mismo, que almorcé con una buena amiga, saludé a otro amigo y durante el café nos juntamos otra pareja más, algo tan simple como el futuro próximo cambia de forma mágica el humor y aleja el estrés. ¿Alguien pone en duda el beneficio para la salud, física y mental, de unas vacaciones?

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