miércoles, 13 de abril de 2016

NI ROMEO, NI JULIETA, NI BERTÍN, NI BOTÍN

Mira que el castellano es rico y vasto, pero debe ser que no estoy muy inspirado porque me cuesta describir la sensación que tengo hoy al volver a leer otro caso más de corrupción en España. Hoy le ha tocado el turno al alcalde de Granada y a algunos de sus secuaces, perdón, de sus concejales. 10 imputaciones se ha llevado el señorito a casa, 10, casi nada. Ahora, pasados unos días, volveremos a leer lo mismo de siempre, que si es una campaña difamatoria contra el PP, que si en el PSOE también cuecen habas y todas esas majaderías. No habíamos salido de las maniobras del jeta de Mario Conde para encontrarnos ahora con este caso con sabor granaíno. Mientras, aquí y allá, se nos planta el simpaticón de José Manuel Soria, flamante Ministro del Gobierno de España y olé, diciendo tal cantidad de sandeces, como si fuésemos imbéciles (probablemente lo seamos), que podría estar en un reality de esos de la tele. Después de negar la mayor, ahora parece que sí pero no, que sale su nombre por una "sucesión de errores", ¡increíble pero cierto! En un libro de detectives con una coartada como esta estaba en el trullo en un pis pas, pero no olvidemos que estamos en esta España cañí que premia a los malos y castiga a los buenos (sí, el catecismo ha cambiado completamente).
Rodeados como estamos de toda esta mierda, corruptos, chorizos, ladrones todos, llega la campaña de la renta, esa que nos recuerda cada año que HACIENDA SOMOS TODOS. ¿Y qué hacer? pues pagar, cómo no, porque no somos ni Romeo ni Julieta ni Bertín ni Botín y uno, pobre diablo, paga religiosamente porque si no la multa no te la quita ni Rita la Cantadora.
Mañana más, seguramente.

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