lunes, 4 de abril de 2016

EN CASA DE WILLY


No todo va a ser desagradable, a pesar de estar a primeros de mes, a pesar de que el sueldo no dura nada, de la declaración de la renta, de los problemas informáticos en mi ordenador; a pesar de todo esto siempre hay algo bueno que compense lo negro y yo lo tuve este sábado pasado en Las Palmas. Después de ir al concierto de la Sinfónica, del que hablé hace un par de días (El Mesías de Haendel), cogí un vuelo a Gran Canaria para asistir al 50 cumpleaños de mi amigo Willy. ¿Qué puedo decir de la fiesta? todo es poco, pero si hay algo que superó el resto fue la posibilidad de celebrarlo con él y con amigos a los que no veía desde hace muchos años, ¡algunos desde hace más de 25! Y como ocurre con los buenos amigos, hablar con ello es emular a Fray Luis de León: como decíamos ayer... ¡Gracias Willy!

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