Ayer fue una triste reunión, el velatorio de nuestro amigo Yeyo. Allí nos reunimos un buen grupo de amigos que habíamos compartido con él nuestra etapa universitaria en Las Palmas; algunos no nos veíamos quizá desde hace más de 25 años. ¡Qué pena que nos reencontremos únicamente en estas circunstancias! Ya no hay bodas ni tampoco bautizos -si acaso alguna aburrida primera comunión-, así que solo nos queda vernos en los entierros... ¡no!
Llegué a casa y me puse manos a la obra: un chat de whatsapp con los amigos de aquella época y la intención de organizar una cena en mi casa para ponernos al día y recordar viejos tiempos.
¡Mira! No tenemos mucho tiempo.
Walker Evans
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