Viajé este pasado fin de semana a Gran Canaria y, al llegar en el último vuelo, no tuve ocasión de ver cómo había quedado la nueva terminal del aeropuerto. Ya el domingo, de regreso a Tenerife, disfruté de ella caminando... mucho más grande, más puertas de embarque, mucha luz y aparentemente cómoda. Ahora, no entendí qué hacen esas pequeñas escaleras para bajar de nivel que, junto a las rampas, parecen ridículas de tamaño.
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