jueves, 12 de abril de 2012

SERMONEANDO O EL SERVILISMO DE LA RANCIA DERECHA

El Obispo de Alcalá de Henares arremete contra los gais
Juan Antonio Reig Pla asocia homosexualidad y prostitución en su homilía retransmitida por TVE. La Federación de Gais y Lesbianas acusa al sacerdote de avivar la homofobia. "Cada año hay adolescentes que llegan a quitarse la vida por la homofobia", recuerda la entidad.
M. R. S. Madrid 7 ABR 2012 - 15:32 CET
 
Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares, ha vuelto a arremeter contra los homosexuales y contra el aborto. Esta vez ha sido en su intervención el oficio de Viernes Santo, emitida ayer en directo por La 2 de Televisión Española. Una homilía en que asoció homosexualidad con prostitución y con determinadas ideologías que “corrompen a las personas”. “Quisiera decir una palabra a aquellas personas que hoy, llevados por tantas ideologías, acaban por no orientar bien lo que es la sexualidad human, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las parejas del mismo sexo”, dijo. “Y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen. O van a clubes de hombres. Os aseguro que encuentran en infierno”, proclamó.
Reig Pla, que también preside la subcomisión episcopal de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida, habló también sobre el aborto en su homilía en uno de los actos centrales de la Semana Santa. “Una jovencita, o una mujer, que está embarazada y que lleva una preocupación enorme por las razones que sean”, dijo. “Es seducida y es tentada”, advirtió. “Y cuando va a abortar a una clínica sale destruida. Porque ha destruido una vida inocente y se ha destruido a sí misma”, dijo ayer. “Mujeres que han ido a abortar llevan el sufrimiento en su corazón y muchas de ellas no pueden dormir porque el pecado lleva siempre la destrucción de la persona”, proclamó.
La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) ha acusado a Reig Pla de fomentar la homofobia. Su presidenta, Boti García, ha considerado que sus palabras "incitan al desprecio y al odio hacia las personas homosexuales y las mujeres". García también subrayó que la homofobia genera un profundo sufrimiento social, y que todos los años hay adolescentes que "llegan a quitarse la vida por no poder soportar la exclusión".
La entidad defensora de la libertad sexual y de género no ha dejado de lado la supuesta responsabilidad de base de la televisión pública. "No debe retransmitirse una ceremonia de una confesión religiosa", ha dicho Boti García, que espera que RTVE retire de su página web "este vídeo humillante, mentiroso y peligroso".
La Confederación Española de Asociaciones de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (Colegas) también ha pedido "respeto a la dignidad de los homosexuales", tras lo que considera "exaltaciones homófobas" del obispo.
El obispo de Alcalá de Henares ha hecho otras veces declaraciones polémicas y radicalmente conservadoras y es conocido por sus críticas al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero al que ha llegado a acusar de crear una sociedad “enferma”. En 2011 autorizó en la web de su diócesis la publicación de una guía en la que daba pautas a los homosexuales que quisieran “un cambio”. Tienen “esperanza” de “transformar sus vidas”, decía el documento.
O como cuando en 2010 afirmó que los matrimonios católicos "son menos dados a la violencia de género que las parejas de hecho". Un año antes, en 2009, Reig Pla había oficiado la misa anual “por los caídos en Paracuellos” con la bandera preconstitucional a su lado, oscilando en el altar. Un hecho que desencadenó una lluvia de críticas y que le obligó días más tarde a pedir disculpas. En esa ocasión el obispo aseguró que su intención no había sido “ofender a nadie” y que la bandera ya estaba allí cuando inició la misa.
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Un obispo en su estela
Monseñor Juan Antonio Reig ha insultado gravemente a los homosexuales en su homilía del Viernes Santo en TVE.
El País 11 ABR 2012 - 00:31 CET
 
La trayectoria del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, indica que la misa del Viernes Santo oficiada por él y retransmitida por TVE fue, seguramente, un momento estelar de su carrera. Este alicantino de 65 años ha dejado una huella indeleble por donde ha pasado. Como obispo de Castellón quiso exigir un juramento de fidelidad a los profesores de religión, pidió a los diputados católicos que votaran contra la ley de parejas de hecho que proyectaba la Generalitat valenciana y rechazó la aprobación por parte del Gobierno de José María Aznar de la píldora poscoital.
La etapa socialista de José Luis Rodríguez Zapatero debió ser una dura prueba para este obispo, que tuvo que aprovechar la homilía del día de la patrona de Castellón de la Plana para recordar que son unos “bárbaros” todos aquellos que apoyan que la religión católica no sea una asignatura obligatoria. En esa misma homilía advirtió que un homosexual jamás podrá garantizar una buena educación a un niño adoptado. Y unos años más tarde, ya como obispo de Alcalá, ofició bajo la bandera preconstitucional una misa por los caídos de Paracuellos del Jarama.
Con tales antecedentes es fácil imaginar exultante a este obispo oficiando la misa de Viernes Santo para la televisión pública, con los socialistas arrumbados en la oposición. Quizá fue tan extraordinaria circunstancia la que le llevó a entusiasmarse con su nada novedoso discurso contra el aborto y la homosexualidad, un asunto que quita el sueño a la jerarquía católica, que acepta con benevolencia la opinión de uno de sus obispos asegurando que la homosexualidad es una enfermedad y destituye a los que declaran esa orientación sexual tan proscrita.
Tan animado debía estar el obispo esta vez que se despachó una homilía especialmente hiriente con los homosexuales, que, según sus palabras, se corrompen y prostituyen. “Os aseguro”, añadió, “que se encuentran en el infierno”, en esos clubes de hombres que frecuentan.
La cuestión no es saber por qué está tan seguro de esta última apreciación, sino por qué una televisión pública permite el insulto y el desvarío. Por no hablar ya más de la insistencia de la Iglesia en sus obsesiones.
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PP y CiU dejan el Consejo de RTVE para no reprobar al obispo de Alcalá
El resto de los consejeros remitirán una nota de protesta a la Conferencia Episcopal. La falta de quórum impide que se apruebe una resolución.

La de hoy fue una de las sesiones más tensas que ha vivido el Consejo de Administración de RTVE. Alejados los tiempos en los que las decisiones se adoptaban por unanimidad, los consejeros escenificaron sus divergencias de manera clara. Algunos querían que se debatieran los comentarios homófobos del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, durante el oficio de Viernes Santo, retransmitido en directo por La 2. Otros se oponían frontalmente.
El tema no estaba en el orden del día, lo que dio pie a los tres representantes del PP a abandonar la reunión. Poco después, se ausentó el vocal de CiU. Así las cosas, el Consejo no tenía el quórum suficiente para adoptar ningún tipo de resolución. Una minoría de cuatro miembros consiguió bloquear un debate que alentaba una mayoría de cinco. Esta situación es producto del atípico momento por el que atraviesa el Consejo: tres de sus 12 miembros han dimitido, pero el quórum sigue estando en siete.
Esto no impidió que el resto de los vocales (nombrados por PSOE, IU, ERC y UGT) acordaran remitir un escrito de protesta a la Conferencia Episcopal en el que manifiestan su respeto a la libertad de expresión, pero exponen que las palabras pronunciadas por el prelado podrían haber vulnerado los principios constitucionales y la normativa que rige RTVE. Además, entienden que se ha producido un abuso en la utilización del espacio institucional que la televisión pública cede a la Iglesia católica.
Dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, la misiva expresa la preocupación de esos cinco consejeros por las manifestaciones de Reig Pla y solicitan que se extreme la prudencia para que el contenido de las emisiones institucionales de TVE no vulneren los principios que la corporación está obligada a cumplir como servicio público, según fuentes del Consejo. Asimismo, estudian la “fórmula jurídica” para denunciar las manifestaciones del obispo de Alcalá de Henares, toda vez que España carece de una autoridad audiovisual que vele por los contenidos que emiten las televisiones.
El prelado arremetió duramente contra los gais y relacionó la homosexualidad con la prostitución durante la homilía de Viernes Santo. Entre otras cosas, dijo: “Quisiera decir una palabra a aquellas personas que hoy, llevados por tantas ideologías, acaban por no orientar bien lo que es la sexualidad humana, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las parejas del mismo sexo”. Y añadió: “A veces, para comprobarlo se corrompen y se prostituyen. O van a clubes de hombres. Os aseguro que se encuentran en el infierno”.
El abandono de los representantes del PP y de CiU ha sido criticado por el resto de los miembros del Consejo, que han calificado su marcha antes de que concluyera la sesión como una “irresponsabilidad institucional” y un ejercicio de “filibusterismo parlamentario”. Tras la dimisión del consejero Jesús Andreu para dirigir la Fundación Carolina, el PP ha quedado en una posición de debilidad.
Antes de ausentarse de la sesión, el representante de CiU apeló a la libertad de expresión y dijo que al margen de algunas palabras más o menos desafortunada, que no compartía, no percibía que la intervención del obispo de Alcalá tuviera contenido delictivo. En su escrito, Silva argumenta que la polémica homilía se movió siempre en el marco del lenguaje religioso y no entró en ningún momento en el terreno de las leyes, por lo que “no tiene sentido” juzgar su intervención “como una crítica a la normativa vigente o a la conducta de las personas no católicas”.
En este clima de clara desunión, el Consejo sometió a votación una resolución para reclamar por la vía judicial la devolución del IVA que paga la compañía estatal. A favor de esta medida votaron los cinco consejeros que forman parte del autodenominado “grupo de progreso”, cinco votos en total. En contra se manifestaron los tres del PP y el vocal de CiU optó por la abstención. Una muestra más de la falta de sintonía.
Las discrepancias entre partidos se vivieron también hoy en el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA), que acordó exigir al Gobierno central que castigue los ataques a los andaluces vertidos en programas de Intereconomía y 13TV tras las elecciones autonómicas, informa Reyes Rincón. La resolución aprobada plantea elevar al Ministerio de Industria las quejas recibidas sobre tres programas en los que se escucharon o leyeron afirmaciones como “Andalucía es una región que parece sacada del tercer mundo”. Los cuatro consejeros nombrados por el PP votaron en contra. El CAA cree que estos comentarios vulneran la Ley General de Comunicación Audiovisual, que establece que los contenidos televisivos nunca podrán “incitar al odio o a la discriminación por razón de género o cualquier circunstancia personal o social y debe ser respetuosa con la dignidad humana”.
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Sermoneando
En la polémica en torno a las palabras del obispo de Alcalá, el verdadero disparate es que se emita una misa por un canal público.
Elvira Lindo 11 ABR 2012 - 00:10 CET
http://elpais.com/elpais/2012/04/10/opinion/1334074224_787532.html
 
Hace años vi un documental sobre jóvenes gais judíos ortodoxos (todos los adjetivos son necesarios) que luchaban porque se les permitiera ser rabinos. Dedicaban su juventud a ese empeño y sufrían horrores con la negativa de una Iglesia en absoluto tolerante con su condición sexual. Durante la hora que duraba la película yo me preguntaba, ¿por qué no dedican sus energías a otra cosa? ¿por qué no llaman a las puertas de otra religión que los admita? Para los creyentes españoles la posibilidad que propongo de cambiar a otra religión si la tuya no te admite tal cual eres pueda sonar frívolo; no lo es en cambio para muchos ciudadanos americanos que eligen su fe en función de las condiciones que cada Iglesia ofrece y demanda.
Nosotros aún no hemos establecido una relación plenamente democrática con la Iglesia católica: ni el Estado (que aún no entiende el laicismo), ni los creyentes, ni tampoco los ateos. En la polémica en torno a las palabras del obispo de Alcalá en contra de la homosexualidad y del aborto no he visto que en ningún momento haya quien se plantee que el verdadero disparate de este asunto es que se emita una misa por un canal público que pagan católicos y fieles de otras religiones, ateos, agnósticos, gais, lesbianas, transexuales, heteros, mujeres a favor de la ley de plazos, mujeres a favor de los tres supuestos y siga usted añadiendo las incontables variables de la ciudadanía. A mí, lo que diga este obispo me importa bien poco, y en cierto modo no me parece mal que exprese con tal claridad lo que piensa, siempre que lo haga para su público. Cada club, religión o creencia tiene reservado el derecho de admisión. Imponer que instituciones tan arcaicas adoctrinen a sus fieles de una manera que consideramos justa acaba siendo una restricción poco democrática. Eso sí, que prediquen en su casa, no en la de todos.

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