I
Día 25 de octubre.
Queridos todos:
Después de una tranquila travesía a través del Queen Charlotte Sound (Fiordo), llegamos a Picton, un pueblo-muelle del que salimos veloces en dirección a Kaikoura, que es donde nos encontramos ahora. Camping de lujo, problemas con Internet, duchas grandes y cómodas. Mañana ballenas, espero. Aquí todo está orientado al turismo "ecológico"; avistamiento de ballenas, delfines, albatros, leones marinos... El camping está bastante lleno y, aparte de la zona de auto caravanas como las nuestras, tiene unos bungalows a los que llaman Luxe 1, Luxe 2, etc. La comida estrella parece ser la langosta, pues está anunciada por todas partes. Lo mejor del pueblo, que de entrada no parece muy grande (mañana lo apreciaremos mejor), es que está resguardado por parte de los Alpes Neozelandeses que, además, siguen nevados. Hoy sólo hemos visto leones marinos en nuestro recorrido por la carretera junto a la costa este de la isla.
Mañana más.
II
Día 26 de octubre.
Llueve en Oxford, el lugar donde hemos aparcado las auto caravanas esta noche. Empezó a las 6 y no ha parado, por lo que nos espera una noche algo fresquita y quizá tengamos que poner la calefacción. Estamos en una rest area con césped y un jeep con su enorme remoque como compañero de descanso después de este día dedicado casi enteramente a ver ballenas y delfines. En el camino hacia aquí hemos cambiado las montañas verdes por las de flores amarillas.
El barco salió de la marina de Kaikoura sobre las 13:30am y estuvimos en el mar unas tres horas, más o menos. Hemos tenido la suerte de ver tres ballenas respirando antes de volver a sumergirse (...¡por allí resopla!), focas y delfines. Las fotos no hacen justicia a la sensación que se tiene al estar tan cerca de un animal tan enorme, pero algo ayudan. Nos sentábamos en el interior mientras el catamarán avanzaba, salíamos a cubierta para poder ver el show en primera fila. Nosotros, los únicos españoles, una pareja francesa, japoneses, muchos japoneses y lugareños. Pocas palabras para que baste el espectáculo.
Mañana glaciares.
Día 25 de octubre.
Queridos todos:
Después de una tranquila travesía a través del Queen Charlotte Sound (Fiordo), llegamos a Picton, un pueblo-muelle del que salimos veloces en dirección a Kaikoura, que es donde nos encontramos ahora. Camping de lujo, problemas con Internet, duchas grandes y cómodas. Mañana ballenas, espero. Aquí todo está orientado al turismo "ecológico"; avistamiento de ballenas, delfines, albatros, leones marinos... El camping está bastante lleno y, aparte de la zona de auto caravanas como las nuestras, tiene unos bungalows a los que llaman Luxe 1, Luxe 2, etc. La comida estrella parece ser la langosta, pues está anunciada por todas partes. Lo mejor del pueblo, que de entrada no parece muy grande (mañana lo apreciaremos mejor), es que está resguardado por parte de los Alpes Neozelandeses que, además, siguen nevados. Hoy sólo hemos visto leones marinos en nuestro recorrido por la carretera junto a la costa este de la isla.
Mañana más.
II
Día 26 de octubre.
Llueve en Oxford, el lugar donde hemos aparcado las auto caravanas esta noche. Empezó a las 6 y no ha parado, por lo que nos espera una noche algo fresquita y quizá tengamos que poner la calefacción. Estamos en una rest area con césped y un jeep con su enorme remoque como compañero de descanso después de este día dedicado casi enteramente a ver ballenas y delfines. En el camino hacia aquí hemos cambiado las montañas verdes por las de flores amarillas.
El barco salió de la marina de Kaikoura sobre las 13:30am y estuvimos en el mar unas tres horas, más o menos. Hemos tenido la suerte de ver tres ballenas respirando antes de volver a sumergirse (...¡por allí resopla!), focas y delfines. Las fotos no hacen justicia a la sensación que se tiene al estar tan cerca de un animal tan enorme, pero algo ayudan. Nos sentábamos en el interior mientras el catamarán avanzaba, salíamos a cubierta para poder ver el show en primera fila. Nosotros, los únicos españoles, una pareja francesa, japoneses, muchos japoneses y lugareños. Pocas palabras para que baste el espectáculo.
Mañana glaciares.
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