La novela "Rebecca", de Daphne Du Maurier, era una de las preferidas de mi madre, una de esas que leía recurrentemente. De hecho, el libro que andaba por casa de mis padres, una edición antigua con letras pequeñas, hojas finas y cubiertas de cuero con letras doradas, creo que está en mi biblioteca ahora; tengo que buscarlo con calma.
¡Eureka!
Famosísima por su adaptación al cine de Hitchcock, algunas mentes maliciosas dicen que la película es mejor que la novela. Aparte de estas consideraciones, la película conserva ese aire misterioso y de glamur de la época, grandes claroscuros incluso tenebristas, un personaje tan potente como la siniestra y manipuladora Sra. Danvers, paradigma de la maldad, una imponente mansión, un mar embravecido, un posible asesinato, infidelidades, un baile de disfraces, un naufragio... ¿Alguien da más?
El argumento, algo folletinesco, no deja de ser un traspunto de "chico conoce a chica" con un punto de "Cumbres borrascosas", la excelente novela de Emily Bronte.
Tras enviudar por primera vez, Maxim de Winter viaja hasta Montecarlo para olvidar su pasado. Allí se casa con una mujer más joven que él y, tras la luna de miel, regresan a la mansión de campo de los Winter: Manderley. Todo es perfecto hasta que la memoria de la fallecida Rebecca hace mella en el matrimonio.
La película tiene, además, el mérito propio de haber popularizado una prenda de vestir, el cárdigan, que pasó a llamarse rebeca. Nos dice Wikipedia al respecto: en el filme, la actriz Joan Fontaine interpreta a la protagonista (cuyo nombre nunca se menciona), y Rebecca es en realidad el nombre de la difunta esposa del protagonista masculino, cuya presencia domina toda la historia. Lo interesante es que la actriz llevaba en la película una chaqueta de punto abotonada, muy característica, y ese estilo se puso de moda después del estreno. En España, la prenda comenzó a llamarse “rebeca” precisamente por esa asociación con la película y el personaje, aunque en inglés la prenda se llama simplemente cardigan.
Anoche disfrutamos de la película en el proyector de cine, como dios manda. Un plan perfecto para una noche de domingo.


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