viernes, 28 de noviembre de 2025

¿PERO ÉSTE QUÉ SE HA HECHO?

La obsesión de la eterna juventud es algo que da hasta pena. ¿Qué se ha hecho este hombre que se parece ahora a Silvester Stallone? Sin arrugas y con un color de piel indescriptible, sigue machacando a la monarquía española con sus entrevistas y ensoñaciones de un tiempo pasado que él, me temo, se ha inventado. ¿No tiene el emérito algún asesor que le cuente el resultado de la ya tristemente famosa del exduque Andrés de Inglaterra en la televisión inglesa? Parece que no.
Éste, me temo, ha perdido el norte. 
Y el sur.

Y NO SE HABLE MÁS

 

HOY QUINO, PARA COMPENSAR

 

ÉSTE ES EL QUEVEDO BUENO

 
Sigo sin coche. Sin comentarios.
Ayer subí en taxi a La Esperanza, no era cuestión de volver a coger la moto, a las 4:30 de la mañana, para llegar a La Esperanza cual témpano de hielo. Hoy, que aunque es viernes y no trabajo, he tenido que volver al Ayuntamiento a una recepción de una urbanización en el centro, acto al que estoy invitado. Ni taxi ni moto, en esta ocasión me sube un compañero de trabajo, mi broder, como él me llama. Duermo un par de horas más, la cosa empieza bien, y a la hora acordada me recoge en el meeting point sin incidencia alguna. ¡Buenos días broder!, ¿todo bien? Música en el coche. Reggaeton. Ya la cosa empieza decaer, pensé, no me queda nada; veinte minutos, calculo, escuchando este monotema interminable.

> No me dirás que, siendo objetivo, no crees que todos cantan igual. Éste es como escuchar a Quevedo.
> Es que es Quevedo. Además, éste es el Quevedo bueno.
Seguimos escuchando el temazo (él dixit) y, al pasar a la siguiente canción, oso decir de nuevo.
> ¿Y ahora sigue cantando Quevedo?
> No, ahora es La Pantera.
Pues queda demostrada mi teoría, le dije, todo es igual, todo suena igual, todos tienen la misma voz, todo es ritmo "atún con pan". 

Aunque no lo vi, supongo que él, como hubiera hecho Mafalda escuchando a Susanita, habrá puesto los ojos en blanco y habrá sentenciado para sus adentros: ¡otro viejo sin gusto por la música!

miércoles, 26 de noviembre de 2025

UPSTAIRS, DOWNSTAIRS


En España la serie se llamaba "Arriba y Abajo", "Upstairs, Downstairs" era el título original. Anterior a "Dawnton Abbey", nos mostraba la vida de una familia noble inglesa y sus criados, que pasaban la vida en el piso escaleras abajo. 
No es la campiña inglesa, hablo ahora de una residencia de ancianos (residencias para mayores las llaman; cárceles o prisiones para ricos también) en Santa Cruz de Tenerife, en una atalaya, con preciosas vistas sobre la ciudad, con instalaciones de esas vistas de arriba y abajo, aunque en esta ocasión se utilice un ascensor, de esos grandes que sirven tanto para una camilla como para un ataúd.
Hacerse viejo es una putada, no hay forma más clara y gráfica de decirlo. Una putada, y grande. No te entristezcas por mi, me decía mi tío ayer cuando lo fui a ver. En esta ocasión me recibió en el comedor, pero en otro. Yo conocía el de la planta por la que entro al centro y atravieso para coger el ascensor (que tiene código, imagino para que los pobres viejitos no se puedan escapar, como si de un país comunista se tratara), un comedor amplio, con mesas cuadradas para cuatro comensales, bien pertrechadas con un jarro de agua en el centro, vasos, cubiertos y servilletas sobre manteles de tela, preparadoslistosya para recibir a esa pléyade de ancianos pudientes a los que le debe costar un riñón el hotelito.
Los caprichos del destino hicieron que el comedor asignado a mi tío estuviera Arriba,, no Abajo como el descrito anteriormente. Éste, donde nos sentamos a hablar durante la hora y media en la que se permiten las visitas vespertinas, se encontraba en un patio cubierto con estructura metálica y paneles tipo sándwich, con mesas rectangulares con hule plástico floreado, cada uno de su padre y de su madre, con sillas variadas (muy a la moda esto de mezclar diferentes aposentos individuales), donde pululaban varios ancianos montando sus sillas de ruedas. 
> ¿Y esto? le dije, ¿no nos sentamos en el comedor?
> No, el de Abajo es para los que pagan, me contestó.
Ahí quedó todo dicho. Apoyado en el plástico mantel, a riesgo de no poder despegarte después, departimos sobre lo humano y lo divino mientras saludaba a los mencionados ancianos motorizados que pasaban cerca de nuestro punto de reunión.
Así pasó este rato, entre historias del pasado y del presente, para terminar con él diciéndome "no te entristezcas por mi, yo ya he vivido", justo cuando hablábamos del futuro.
Acabar así, qué aflicción más insoportable.

martes, 25 de noviembre de 2025

LO QUE SE ATRAE O SE REPELE

 
 
Los polos, opuestos o iguales, se atraen o se repelen, aprendimos en el colegio. Ésta es una verdad inamovible como lo son las leyes de Newton o de Einstein.
Sirva esta pequeña introducción para llegar a lo que esta mañana quería comentar y compartir, que lo mismo es. Café a las 04:55h en el bar de Mariano, como siempre; Jacobo me sirve, comentamos los días pasados y los que nos llegan, solos él y yo, escuchando de fondo la COPE, a Carlos Herrera. ¿Tema? Claro, no podría ser otro. No hablaba de Pujol y sus trapicheos familiares (13 años para que empiece el juicio), ni de las fechorías del novio de Ayuso, aclaradas por esta lavadora judicial que nadie entiende, o casi nadie, ni del tándem T-P que parecen repartirse Ucrania ante los ojos del mundo, ni siquiera de su amigo el Emérito, que vino a España de comilona familiar al Pardo y de camino soltar por esa boquita lo que no está escrito -aunque en este caso lo contrario, dada la inminente publicación de sus Memorias en España ¡España!-; no, el tema de su diatriba mañanera cascabelera no podría ser otro diferente al del Fiscal General, ya exfiscal, y "las barbaridades" que ha dicho Pedro Sánchez, cómo no. Hemos tenido presidentes odiados, recuerden el ¡váyase Sr. González! como ejemplo, pero ¿tanto tanto odio como a Pedro Sánchez? Me preocupan, odiar así no debe ser nada sano.
Este periodista tiene todo el derecho del mundo a decir lo que le plazca ante sus micrófonos, brindo por ello, eso es lo que tiene vivir y trabajar en un país democrático, que cada cual puede expresar sus ideas libremente. Otra cosa es que las compartas o no. Se respeta el poder hablar, siempre, no lo que uno opine, eso ya es harina de otro costal. 
Todo este circunloquio para concluir que, desgraciadamente, va a costar que el país se aleje de su polarización actual, inversamente proporcional al electromagnetismo. En España ¡España! los polos se repelen siempre. Del PSOE o del PP, del Madrid o del Barça, de fresa o de chocolate, el caso es estar posicionado per saecula saeculorum. No sé si podré aguantar tanta expectación hasta las próximas elecciones..., claro que a mí no me gusta el fútbol, pero si me preguntan diré que soy del Tenerife o de la Unión Deportiva, hasta la muerte.
El ser humano no puede, no debe, perder nunca la capacidad de crítica ante lo que ve y lo que escucha, pero para eso debe conocer las reglas del juego, las herramientas para moverse, las técnicas, y esto solo se consigue invirtiendo en Educación desde niños. Pan y circo, vale, es lo que hay, pero ¿y si le añadimos a la receta educación también? El ocio es importante, el manjare por supuesto, pero no olvidemos que la educación es para el cerebro como el deporte para el cuerpo: salud. Y sin salud no hay nada.  
 
Hoy música casposa, bonita, cursi: Air Supply, "All Out of Love". Feliz martes.
 

HUMANIDADES


Matar las humanidades

Cometemos un error al someter a los investigadores en literatura y filosofía a las mismas exigencias que a los de las ciencias exactas o naturales.
Diego S. Gachorro, 24.11.2025
https://elpais.com/opinion/2025-11-24/matar-las-humanidades.html

A las humanidades las estamos matando quienes, supuestamente, deberíamos protegerlas. Custodiar nuestra tradición cultural debería ser una de las principales misiones de la universidad y, sin embargo, desde hace algunas décadas estamos sometiendo los saberes humanísticos a unas reglas que acabarán destruyéndolos. Aristóteles advirtió que es propio de insensatos aplicar a una ciencia los métodos y protocolos de otra. Pero me temo que ahora los humanistas pasamos más tiempo delante de una tabla de Excel que intentando desentrañar el acertado sentido de las palabras del sabio de Estagira.

Del mismo modo que una civilización coloniza a otra, las ciencias han extendido su influencia hasta someter disciplinas ajenas. Solo así se entiende que al ámbito de las humanidades se le hayan impuesto prácticas, métricas y discursos extraños a su propia misión. Hoy, un profesor universitario de historia medieval o de filosofía se ve obligado a transferir su conocimiento no en forma de libros, estudios o ensayos, sino en papers, pequeños textos estandarizados, disciplinados y uniformados al gusto de otras áreas de conocimiento.

Alguien creyó que las lecturas de un estudio sobre Petrarca podían contabilizarse igual que las escuchas de una canción de Kanye West. Pero la calidad de un papel en humanidades jamás podrá resumirse en las citas o los clics que genere. El investigador excelente que consagre su vida a un saber minoritario recibirá, a la fuerza, menos citas que un académico mediocre que estudie alguna cuestión de moda.

Las propias condiciones de investigación en humanidades están hoy amenazadas. Para prosperar en la academia, el humanista debe promocionar creando grupos de investigación, consiguiendo fondos, blandiendo sinergias, creando redes y utilizando con torpeza impostada un ridículo lenguaje gerencial. Todos lo aceptamos y colaboramos así en dinamitar los fundamentos de aquellos saberes que un día prometimos defender. Y es lamentable, porque nuestra labor podría ser infinitamente más noble.

Bastaría con tener un verdadero amor por las materias que cultivamos, contacto constante con las fuentes y, sobre todo, tiempo y silencio para estudiar. La situación es tan absurda que ahora te puedes encontrar a un supuesto experto en Salustio cogiendo un avión hacia Copenhague para hacer networking. Eso sí, sin llevar ni un libro en la maleta. Y no por falta de espacio, sino de costumbre.

lunes, 24 de noviembre de 2025

A ESTA SEÑORA NO LE IMPORTA NADA

Si es capaz de llamar hijo de puta al Presidente del Gobierno (Presidente electo, no lo olvidemos), tener un jefe deloquesea que miente en el Supremo, de dar medallas institucionales a mandatarios extranjeros saltándose el Ministerio de AAEE, etc., etc., y no le pasa nada, ¿qué le va a importar el medio ambiente? Pues eso, nada de nada.

Luz Casal, *No me importa nada.

El Ayuntamiento de Madrid ilumina por sorpresa el cauce del Manzanares a pesar de la oposición de vecinos y ecologistas
El sábado se han podido encender las luces del río porque una jueza ha denegado las medidas cautelares solicitadas por varias asociaciones y que pusieron pausa al proyecto la pasada Navidad.
Daniela Gutiérrez, 24.11.2025
https://elpais.com/espana/madrid/2025-11-24/el-ayuntamiento-de-madrid-ilumina-por-sorpresa-el-cauce-del-manzanares-a-pesar-de-la-oposicion-de-vecinos-y-ecologistas.html

El pasado sábado, a la par que el encendido de las luces de Navidad, el cauce del Río Manzanares se ha iluminado de color “azul PP”. A diferencia de la promoción que le dio el Ayuntamiento de Madrid a sus 13 millones de bombillas o a sus instalaciones lumínicas gigantes para celebrar esta época del año, las luces del Manzanares se prendieron sin avisar, tomando por sorpresa a vecinos y ecologistas que llevan más de un año pidiendo que esto no suceda. “Lo han hecho así a posta, porque saben que si nos enterábamos hubiésemos montado algo y le hubiésemos estropeado la foto”, dice Susana de la Higuera, presidenta de la Asociación Vecinal Pasillo Verde-Imperial.

El verano de 2024 el Ayuntamiento ya había instalado las luces con el objetivo de encenderlas durante la pasada Navidad, pero la asociación vecinal y Ecologistas en Acción presentaron un recurso contencioso-administrativo frente a los Juzgados para impedirlo. Poco después también solicitaron medidas cautelares, con el objetivo de frenar toda actuación y así “evitar el daño a la biodiversidad del río hasta que no haya sentencia firme”. Tanto vecinos como expertos denunciaron el daño que esta contaminación lumínica produciría a la fauna que habita el río, principalmente a las aves, y presentaron cuatro informes periciales a la jueza del caso para justificarlo.

Cuando llegó el pasado noviembre, mes en el que se encienden las luces cada año, el Manzanares se mantuvo apagado porque las cautelares aún no se había resuelto. Pero en julio de este año la jueza respondió finalmente con la denegación. “Mientras no se resolvieron las cautelares estábamos tranquilos porque significaba que las luces no se podían prender, pero este año sí que han podido”, comenta De la Higuera. Aunque el recurso contencioso-administrativo se mantiene en curso, el ayuntamiento ha dado vía libre para cumplir su promesa ―que nadie solicitó, según la vecina― de iluminar las aguas del río.

El consistorio no informó sino hasta este domingo, con una nota de prensa, que finalmente se habían encendido las luces del Manzanares. Son 61 proyectores con bombillas led instalados a lo largo de 560 metros del cauce, específicamente en la presa número seis, entre el puente Oblicuo y la pasarela de Andorra, y funcionan de forma remota para cambiar la intensidad y los colores de los focos. La iluminación se activará entre viernes y domingo de 18.30 a 22.00, pero un detalle que ha llamado la atención de los vecinos y ecologistas es que el anuncio aclara que a partir del próximo 30 de enero los horarios se modificarán en función de la luz solar, lo que significa que las luces han llegado no solo para la Navidad, sino para todo el año.


“Nos preocupa también que dicen que es un proyecto piloto, así que esto puede que se extienda por todo el río o por otras partes de la ciudad”, se queja Lola Méndez, miembro tanto de Ecologistas en Acción como de Pasillo Verde-Imperial y vecina de la zona. Ella, como el resto de habitantes de Madrid Río no lo dudan, están seguros de que esto va a extender.

Méndez asegura que en estos momentos no se puede valorar el daño que harán estas luces “de discoteca” en la fauna y la flora, sino que será en la primavera, cuando llegue la época de migración, el momento en el que se verá si las aves logran criar a sus polluelos allí o tienen que migrar hacia otro sitio. Para ella está claro que el ayuntamiento sabe que las luces son perjudiciales porque en su nota de prensa hablan de que la instalación “se ha desarrollado mediante soluciones que minimizan la contaminación lumínica” y que los focos “están situados en un cajetero del río, limitando las emisiones luminosas hacia el cielo”.

Una de las justificaciones que ha dado el Gobierno municipal es que las luces aumentan la seguridad de la zona. “Es una completa mentira”, dice tajantemente De la Higuera. “No hay un problema de inseguridad en esa zona, y si lo hubiera, lo lógico es que se instalen luces en la calle, no en el cauce del río”. La presidenta de la asociación vecinal añade que esta actuación está más enfocada en el turismo que en los vecinos ―que hasta el momento no se han quejado porque las luces les afecten directamente―, porque este es un proyecto absolutamente “innecesario”.

UN 10 AL REFRANERO

 
 
Que el refranero es sabio lo sabemos todos, de manera que se me ocurre, volviendo al clásico "A palabras necias, oídos sordos", pasar completamente a lo que dice la inefable Ayuso. Que hable, que insulte, que despotrique, y que nadie le haga ni puto caso, tal cual. Bastantes voceros tiene ya para que encima los medios no afines reproduzcan sus sandeces una y otra vez. así que me despido con otro refrán, "No hay mayor desprecio que no hacer aprecio".

 
PD. Habrá quien no esté de acuerdo conmigo y lo respeto, pero, seamos sinceros, ¿ven ustedes a Pedro Sánchez llamándola hija de puta? Pues yo no, qué les voy a decir. 

VISTO EN POZO IZQUIERDO


Pizzería El Arenal, pozo Izquierdo. Gran Canaria.

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

Certero el chiste de hoy que nos regala Morgan, actual y real como la vida misma. ¿Recuerdan que escribía el otro día sobre una reunión con políticos donde, tras nombrar varias veces la necesidad de construir geriátricos públicos (cámbiese la dotación por la que se quiera), me mandaron a callar con aquello de ¡no estamos aquí para hablar de los geriátricos!
Pues eso mismo.
 

I WAS SEARCHIN', I WAS HOPIN'

Un poco de música de finales de los 70, en los albores de los 80 (1978), para animar esta semana que será larga, de trabajo y de emociones. Una semana de inventario predesmantelamiento, de cuenta atrás, de fortaleza antes los "no entiendo por qué se va", de estrenada e incrédula orfandad, de futuro esperanzador. Una canción facilona y rítmicamente optimista, ¿qué más necesitamos?
Electric Light Orchestra, *Sweet talkin' woman.

domingo, 23 de noviembre de 2025

TRISTEZA VS. DEPRESIÓN


Camilla Nord, neurocientífica: “La tristeza es normal, pero la depresión es invalidante”
Especialista en el sistema nervioso, dirige el Laboratorio de Salud Mental de la Universidad de Cambridge. Este año ha publicado ‘El cerebro en equilibrio’.
Álex Vicente, 11.11.2025

Camilla Nord (París, 36 años) dirige el Laboratorio de Salud Mental de la Universidad de Cambridge, donde es profesora de neurociencia cognitiva. Con cierto aire a una Hermione Granger adulta, nos recibe entre dos clases en un despacho acristalado que da a un jardín donde juegan las ardillas. Nació en Francia y creció en Washington, hija de estadounidense y holandesa, como delata un acento difícil de ubicar en el mapa. En un ensayo publicado este año, El cerebro en equilibrio (Paidós), sostiene tres tesis: que no existe un único remedio contra la depresión, que los fármacos no son tan malos como muchos sostienen y que el sistema nervioso persigue una estabilidad a lo largo de toda la vida que, por desgracia, siempre será precaria.

Pregunta. Esta mañana he visto en la Tate Britain un cuadro de Ithell Colquhoun, titulado Depresión: un manojo de hilos tensado y enredado. ¿Le dice algo?
Respuesta. Me dice mucho. Describe la jaula de la depresión: la sensación de no poder escapar. Pero esa puerta puede abrirse. Siempre hay salidas, aunque no sean iguales para todos.

P. A diferencia de otros expertos, usted no elige bando: admite múltiples tratamientos y considera que todos son válidos.
R. Un único tratamiento no sirve para todo el mundo. La investigación demuestra lo contrario: los trastornos son diversos, las causas son múltiples y, por tanto, deben existir varias maneras de tratarla. Los científicos ya hemos pasado esa pantalla. Ahora toca explicarlo mejor al público.

P. Algunos usan depresión como sinónimo de tristeza. ¿Cómo lo rebate?
R. La depresión es una alteración profunda de la experiencia emocional, y en parte física, que deteriora nuestras funciones vitales. Hay que distinguir las variaciones normales de la salud mental, porque no tenemos que estar siempre felices, de la enfermedad, que exige tratamiento para recuperar esas funciones. Estar triste es normal, pero deprimirse es invalidante.

P. Existe mucha desconfianza sobre la relación entre los científicos y la industria farmacéutica.
R. Es una preocupación legítima, nacida de sesgos, ocultación de resultados adversos y de la promoción injusta de algunos fármacos. Yo no colaboro con la industria, aunque conozco trabajos sólidos financiados por farmacéuticas. No hay que excluir los fármacos, pero tampoco convertirlos en la única vía. La biología también se modifica con experiencias y hábitos.

P. Defiende que tomar un café al sol o reír con una película pueden actuar sobre el cerebro de forma comparable a un fármaco.
R. Nuestras experiencias cambian el funcionamiento cerebral. Hay estudios preciosos: ver una comedia con amigos activa el sistema opioide endógeno y eleva el umbral del dolor. Su efecto recuerda, a menor escala, al de un analgésico. Demuestra que puede haber raíces biológicas comunes a través de rutas distintas: la farmacológica, claro, pero también la experiencial.

P. España figura entre los países europeos con más diagnósticos de salud mental. ¿Por qué hay países con más depresión que otros?
R. Existen grandes variaciones geográficas y temporales. Parte se explica por el acceso a la atención: a más acceso, siempre hay más diagnósticos. Pero, a igualdad de acceso, influyen factores ambientales —la pobreza, quizá la contaminación—, pequeñas diferencias genéticas y, sobre todo, las distintas expresiones culturales de las emociones. Cada cultura expresa malestar de maneras distintas y eso afecta también a los trastornos psiquiátricos. Y también pesa el estigma: donde hay más vergüenza, siempre hay menos diagnósticos.

P. ¿Hoy somos más depresivos o solo hablamos más del tema?
R. No hay una respuesta definitiva. Parte del aumento visible de casos se debe a ese mejor acceso. Pero también hay indicios de ligero deterioro del bienestar, sobre todo en los jóvenes. Tener mayor conciencia del problema tiene un reverso: fomenta vigilar los síntomas y atribuirlos a lo clínico, cuando a veces son los vaivenes normales de la vida. Por otra parte, el estado del mundo influye. La pandemia dañó la salud mental y también lo vemos con la crisis climática o la proximidad de la guerra, especialmente en jóvenes, aunque falta confirmarlo a escala poblacional.

P. Usted estudia el equilibrio del sistema nervioso. ¿Qué es un cerebro estable y cómo se consigue?
R. El cerebro se reajusta continuamente. Es un órgano predictivo que alinea lo vivido y lo esperado con el entorno para mantener la homeostasis, la capacidad del organismo de mantener condiciones internas estables pese a los cambios externos. No alcanzamos el equilibrio cerebral una vez y ya. Estamos obligados a reajustarlo durante toda la vida.

P. Los electroshocks tienen mala fama. Usted dice que, por desgracia, funcionan.
R. Dudé en incluir la terapia electroconvulsiva en mi libro por su negra historia, pero los datos muestran gran eficacia en depresiones gravísimas. El problema son los efectos secundarios, sobre todo en la memoria. Aun así, los modelos no apuntan a un daño cerebral e incluso se han observado aumentos celulares en áreas concretas. Pero si alguien sufre pérdidas de memoria, hay que tomarlo muy en serio. Por eso se reserva para casos en los que ninguna otra solución ha funcionado, siempre con consentimiento y un seguimiento estrecho.

P. La hipótesis de que los fármacos compensan un déficit de serotonina está desacreditada, pero usted defiende que los antidepresivos funcionan en cerca de la mitad de los pacientes. ¿Cómo se explica?
R. Durante la segunda mitad del siglo XX hubo marketing engañoso: se habló de corregir ese supuesto déficit sin suficientes pruebas y se minimizaron los efectos adversos. Aun así, a muchas personas esa medicación les funciona, sin que haya una explicación clara. Yo no la descartaría, pero no porque corrijan un supuesto déficit, sino porque alteran cómo procesamos la ambigüedad de algunas emociones, que podemos decodificar como buenas o malas.

P. ¿Cómo actúan los antidepresivos si no corrigen un déficit?
R. Al cambiar los niveles de serotonina —sin necesidad de que exista un déficit previo—, alteran el procesamiento de señales emocionales y nos desplazan hacia una posición más neutra o positiva. No suben el ánimo de golpe, sino que ajustan el sesgo con el que interpretamos esas interacciones y señales ambiguas. Es como cambiar el filtro con el que miras.

P. ¿Qué responde a quien se opone a la sobremedicación y diagnósticos rápidos?
R. Lo entiendo: con sistemas sanitarios tan saturados, recetar es más inmediato que ofrecer psicoterapia, que requiere tiempo y recursos. Yo también preferiría decisiones más adaptadas, pero excluir la medicación no es la solución. Hay personas que, tras intentarlo todo, salen del pozo con un fármaco. Yo creo que deben poder acceder a él.

P. Dedica el libro a su hija y a su mujer, y lo abre con una escena de su boda. ¿Por qué exponerse tanto, algo que muchos científicos evitan?
R. En mis artículos científicos nunca hablo de mí. En el libro quería abrir también el mundo de quienes hacemos ciencia: por qué pensamos lo que pensamos, de dónde nace la vocación y cuándo cambiamos de idea. Si quería enseñar a mirar el mundo como científica, debía mostrar un poco a quién mira.

P. ¿Usted ha sufrido una depresión?
R. Yo no, pero personas muy cercanas sí. Quizá por eso me obsesiona entenderla. Una eminencia del campo, Nolan Williams, se suicidó recientemente. Fue devastador. Eso nos recuerda que, por cerca que estemos de las soluciones de la ciencia, nada es suficiente para enfrentarse a una depresión.

P. ¿Sería mejor científica si hubiera estado deprimida?
R. Sería peor científica si no trabajara codo a codo con quienes sí la han vivido o si no los escuchara.

P. Y la última: me chivan que es una gran fan de Buffy, cazavampiros. ¿Le influyó?
R. Para mí es un modelo ético: hacer lo correcto y pensar en el bien común, incluso cuando no te beneficia. En el mundo académico puedes avanzar a costa de otros. Dirigir un laboratorio implica recibir crédito por trabajos que siempre son corales. Procuro no anteponerme nunca al equipo. Puedes ser, a la vez, una persona exitosa y solidaria.

NO COMMENT!

 

¡COMUNISMO O LIBERTAD!


Y luego dicen que si la juventud
Ahora, dicen los denunciadores de la dictadura actual, destacas algo bueno del franquismo y te llaman franquista. Ya se sabe, en esta dictadura no se puede decir nada, no porque te metan en la cárcel, sino porque te critican.
Elvira Lindo, 23.11.2025

Dos ancianas, por decirlo bien y pronto, cargaban sus bolsas de la compra por la acera de una populosa calle valenciana. Adelantar a mujeres de esas generaciones es tarea ardua porque guardan la vieja costumbre de andar del brazo ocupando la calle, y puede ocurrir, como así fue, que de pronto se paren para enfatizar una afirmación, con lo que las viandantes que vamos detrás hemos de tener reflejos para no caernos sobre ellas. Aun así, agradezco haber escuchado de sus bocas una información valiosa: ambas concluyeron que vivíamos en una dictadura comunista. Confieso que tal afirmación me extrañó porque tenían la edad suficiente como para haber vivido el mandato que el régimen nacionalcatólico imponía a las mujeres, pero luego deduje que ellas distinguían entre dictaduras de distinto palo. Esta dictadura comunista en la que vivimos posee rasgos tan particulares que la opresión no se pilla a la primera. No me hago de nuevas porque no es la primera vez que oigo semejante cosa. Si te paseas cualquier mañana a la hora del viejo aperitivo por el cogollito de Manuel Longares, el barrio de Salamanca, puedes cruzarte con señoras que, blandiendo un vermú, te informan a gritos de estar amordazadas por tan singular dictadura. Tal vez lo que acusan es que su barrio está siendo comprado por ricos latinoamericanos que están dejando en minoría a la flor y nata de la ranciedad castiza, pero el caso es que esta denuncia permanente de la dictadura sanchista, encabezada por la presidenta madrileña, ha calado. Al parecer, en las dictaduras comunistas se persigue sin piedad a los defraudadores de impuestos o a los que se enriquecen con el material sanitario en momentos de extrema gravedad, y por contra, en las democracias ideales, se premia al propagador profesional de bulos, se castiga a quien los denuncia y se desoye la voz de los periodistas que trabajan por contarnos la verdad. Ay, señor, y luego dicen de la juventud, que se está volviendo franquista.

Habrá que empezar a pensar en quién inocula en sus cerebros estas ideas. Alguien les ha ido con el cuento de que Franco mejoró las infraestructuras, que es algo que suena como muy técnico. Antes se hablaba de pantanos, ¿recuerdan?, pero se ve que hasta los nostálgicos encuentran el término propio de un engolado narrador del No-Do y han decidido actualizarlo. Lo bueno, bueno de Franco, eran las infraestructuras, qué caramba. Vino a decirlo la alcaldesa de Valencia, reina de la sensatez, que declaró que cada época tenía su afán. Lejos de mí la intención de quitarle mérito al Caudillo, pero las infraestructuras de Hitler, oye, por favor, o las de Mussolini, muy a la vista por ser un hacha de la arquitectura fascista, ya no digamos las de Pinochet, el del milagro económico. De los desaparecidos, luego ya si eso. Poco recuerdan los nostálgicos de las infraestructuras de aquella política económica de Franco que provocó más de una década de hambruna. Pero claro, una vez que el hambre remitió gracias entre otras cosas al dinero de los emigrantes, a la mano de obra de los presos, al incipiente turismo, el pueblo comenzó a respirar e incluso a soñar con el futuro. Lo que es, es. Pero ahora, dicen los denunciadores de la dictadura actual, destacas algo bueno del franquismo y te llaman franquista. Ya se sabe, en esta dictadura no se puede decir nada, no porque te metan en la cárcel sino porque te critican. Terrible.

Este 20-N, que ha acabado siendo inolvidable, vi a Nati Camacho y a otras antifranquistas veteranas de las que padecieron cárcel en la misma era de las infraestructuras, llevarse las manos a la cabeza: ¡si Madrid estaba lleno de chabolas!, decían, ¡si no llegaba el agua a muchos barrios!, ¡si la gente se construía sus casas por la noche! Aquel Tiempo de silencio. Pero por qué no ver el lado luminoso de aquel tiempo. Con Franco, unos vivían mejor, y otros, como decía Vázquez Montalbán, subían mejor las escaleras.

DEJAR DE FUMAR

Asistentes a la misa por Franco, a las puertas de la parroquia de los Doce Apóstoles, este jueves en Madrid. Juan Barbosa

Franco es como el tabaco
Pueden pasar años sin conseguir olvidarte de ese vicio que estaba unido a toda clase de gestos, emociones, sentimientos y estilo de vida.
Manuel Vicent, 23.11.2025

Hay gente que se ha fumado la dictadura durante 40 años e ignorando que era un veneno, muchos incluso la fumaban con placer; en cambio otros lucharon por quitarse ese vicio porque sabían que con ello les iba el pellejo. Quien después de fumar muchos años deje el tabaco, pese a todo, seguirá siendo un exfumador el resto de su vida y puede que si baja la guardia un día sin darse cuenta se sorprenda con un cigarrillo en los labios y volverá a empezar una y otra vez. Franco es como el tabaco y lo malo de ello, como pasa con el franquismo, son las recaídas. Cuando uno deja definitivamente de fumar sucede que al cabo de pocos días toda la nicotina del cuerpo ha sido expulsada por la orina. El veneno ha desaparecido. El cuerpo se ha desintoxicado. Franco ha muerto. Con eso uno piensa que ha ganado. A los tres meses sin humo los capilares de los pulmones que habían sido abrasados por miles de cigarrillos comienzan a regenerarse y vuelven a captar el oxígeno. Parece como si hubiera llegado la libertad, pero el verdadero problema consiste en desenredar el hábito del circuito del cerebro. Pueden pasar años sin conseguir olvidarte de ese vicio que estaba unido a toda clase de gestos, emociones, sentimientos y estilo de vida. Un día verás que alguien fuma con fruición un cigarrillo de la marca que tú fumabas y sentirás un tirón; la batalla por vencer el tabaco es muy larga pero siempre se gana cuando sientes que la has olvidado. A la hora de celebrar el 50 aniversario de la muerte de Franco te preguntan qué hacías cuando murió dictador. Sin duda sería más positivo que se interesaran por saber cómo viviste el primer día de libertad. Aquella famosa botella de champán estaba a favor de la vida, no de la muerte. Los jóvenes deben saber cómo se las gastaba aquel hombre, pero basta con que se le nombre para que Franco vuelva a existir. Queda mucha gente en este país que jura haber dejado de fumar, pero guarda una cajetilla en la estantería al alcance de la mano.

ORNELLA VANONI. RIP

 
*L'appuntamento.

HUMOR, REMEDIO INFALIBLE

 


LA IMPARCIALIDAD HOMÉRICA


Domingo, víspera de la vuelta al trabajo, día feo donde los haya. Pero aquí sigo, inasequible al desaliento (por ahora), en un día soleado y poco ventoso de finales de noviembre, donde el invierno es una utopía (dicen que mañana llega calima de nuevo), a punto de meternos de lleno en el ojo de las Navidades y su buenrollismo, y con el día por delante tras una noche de sueño casi reparador. Esta mañana abrí los ojos a las 5, ya la cabeza lo sabe, aunque sea una madrugada adelantada.
Me preparo un café y leo con interés un ídem artículo acerca de la filósofa Hannah Arendt, donde se habla, entre otras cosas, del coraje de la imparcialidad homérica.
Musk busca destruir eso. Cuando, en su investidura, Trump mencionó “la revolución del sentido común”, sabía bien lo que hacía. Los autócratas entienden que el sentido común es el puente que conecta nuestra percepción individual con la de los demás y nos permite construir una realidad compartida. Sin él, las experiencias quedan encerradas en nuestra subjetividad y es imposible alcanzar acuerdo alguno sobre lo que es o no real. Pero Musk no es una anomalía: es el actor político ideal en la era de la posverdad, alguien que quiere romper el mundo común porque no lo necesita. Tiene el dinero para comprar la infraestructura comunicativa, el alcance para fabricar su propia realidad y seguidores dispuestos a creer que lo suyo es “sentido común”, aunque contradiga lo que ven con sus propios ojos.
Porque la imparcialidad no consiste en dar el mismo tiempo de palabra a Aquiles y a Héctor y pesar sus argumentos en una burocrática balanza. Consiste en no perder el juicio sobre lo que ocurrió. Homero no dice “los griegos tenían razón”, ni tampoco pretende que la guerra no existiese o que los bandos fuesen intercambiables. El poema homérico juzga: muestra violencia, pérdida, sinsentido, gloria, tragedia. Y al hacerlo, preserva la memoria de lo que realmente sucedió. Pero la BBC se dedica a la equidistancia procedimental dando igual espacio a quien afirma hechos verificables y defiende la democracia y a quien difunde mentiras y amenaza con fusilamientos. Como si la imparcialidad consistiera en no juzgar nunca y mantenerse en un punto medio imaginario entre dos extremos. Eso no es imparcialidad sino abdicación del juicio, y Arendt fue muy clara al respecto: frente a la verdad factual, no hay lugar para la equidistancia. Que Trump diga que las elecciones fueron robadas no merece el mismo crédito que la evidencia de que no hubo fraude. Si Musk hace un saludo nazi, no puede pretender que quienes lo vimos estemos igual de equivocados que quienes lo niegan. La imparcialidad exige reconocer los hechos y juzgarlos desde múltiples perspectivas, no fingir que no han existido.
(Extractos del artículo "Necesitamos una realidad compartida: Hannah Arendt, el antídoto contra los hechos alternativos", Máriam Martínez-Bascuñán).
Fuimos al cine anoche y nos equivocamos de película. Creo que es la primera vez que me ocurre. No logro entender la causa, pero de una película basada en una novela de Stephen King, "The long walk" ("La larga marcha"), acabamos comprando entradas para ver "The running man", un bodrio importante, aunque entretenido, supongo, nueva versión de otra película de 1987, homónima (en España se tituló "Perseguido"), protagonizada por Arnold Schwarznegger. De la peli que no vimos poco puedo decir por obvias razones, pero de la que sí, donde nada destaca, se me quedó grabado una de las frases pretenciosas que el protagonista repetía casi al final: "¡No veas la televisión!". En el contexto, la televisión pública (freevisión, creo recordar, era el Gran Hermano que manipulaba las mentes de la población). Se ha hablado y escrito mucho sobre la manipulación, sobre todo mediante la televisión, pero ahora las redes socueles han dado tantas vueltas de tuerca que no hay nada con lo que se pueda comparar. La frase hoy día debería ser: "¡No tengas redes sociales!".

Vivimos en una época de la que Quevedo -el bueno- hubiera podido escribir "Érase una sociedad a un móvil pegada", donde la imagen es lo que impera (véanse labios y tetas operadas), donde nadie pone en tela de juicio lo que lee, donde las redes sociales marcan el ritmo y donde se hace gala de la ignorancia (sí, ya lo sabemos, leer está sobrevalorado), donde el sentido común ha desaparecido, donde acabamos siendo del Madrid o del Barcelona pase lo que pase.
Un poco de música y ¡feliz domingo!
Claude Debussy, *Clair de luna.

sábado, 22 de noviembre de 2025

CLAROS DEL BOSQUE


Le he estado dando vueltas al porqué de haber dormito tanto anoche y creo haber llegado a una conclusión, la lectura. Vimos anoche el último capítulo de la 4ª Temporada de STRANGER THINGS, para recordar algo de lo sucedido en la serie ya que la semana que viene estrenan la 5ª y última. Al terminarse no tenía sueño, eran las 11 más o menos, así que cogí el libro que me había llegado ayer por la mañana y con mi caos de lectura lo comencé, sin importarme los otros tres que leo al mismo tiempo. No importa, ¡adelante!
Empecé a leer "Claros del bosque", de María Zambrano, considerada la culminación de su pensamiento filosófico-poético. Da gusto su lectura, sosegada y limpia. No se considera ni un ensayo filosófico ni un libro narrativo sino más bien una serie de textos breves, donde nos habla de lo que ella denominaba razón poética, una forma de conocimiento que no se limita a la lógica racional, sino que dialoga con la intuición, el símbolo y la interioridad. El tono es contemplativo, sumamente reflexivo y cargado de imágenes naturales, especialmente del bosque, que funciona como gran metáfora. María Zambrano explora la condición humana a través de la fragilidad, el desamparo, el exilio y la esperanza, reflejando la obra su experiencia biográfica: el largo exilio, la contemplación, el retorno y la búsqueda de sentido.
Por cierto, el libro contiene una larga introducción escrita por Mercedes Gómez Blesa, donde nos transporta a la vida de la filósofa y ensayista, una de las figuras intelectuales más importantes del siglo XX, desde su juventud, su exilio, su regreso a España y su muerte, y su relación con otras personalidades relevantes de su época. Muy, muy interesante.

COSAS DE UN SÁBADO EN ESPAÑA


La vida sigue, no igual como hubiera dicho Julio, pero seguir, sigue. Pasada la resaca del 20-N, más centrada en la sentencia, sin texto alguno ni justificación jurídica, al Fiscal General; el Toisón de oro a Sofía reina y demás noticias sobre el emérito y la Transición, comenzamos el fin de semana con una serie de chistes -ya se conoce el humor español, que saca de todo a todo y en un tris-, un sábado donde conmemoramos la onomástica de Santa Cecilia, patrona de los músicos, una de mis santas favoritas (esta mañana escucho Band of Horses mientras escribo), donde rula una campaña para pedir la dimisión del Tribunas Supremo, campaña que imagino será absolutamente novedosa; un día donde continuamos perplejos ante lo ocurrido y disfrutamos como nunca de las reacciones de Feijóo, el que no es Presidente porque no quiere, de Ayuso, otra que tal pero que al menos es reina y emperatriz de su partido, aunque en él muchos no se hayan dado ni cuenta; el mismo día donde el Papa defenestra (¡ya tocaba!) al pederasta obispo de Cádiz, antes e Getafe. Ya ven todo lo que es capaz de darnos un sábado, y más en España ¡España!
Por mi parte, me he levantado con una pequeña y recurrente conjuntivitis ocular, tras haber dormido 11 horas, todo un récor en mi caso. Este fin de semana no quiero trabajar, sólo leer, ver alguna serie y quizá dormir algo de siesta. Quiero creer que mi cabeza, y el cuerpo también, notan ya como se acerca el día de mi libertad y se van preparando para ello. Por lo pronto yo ya he empezado a compartir el día con mis amigos, que son ustedes, porque todo lo que no se da se pierde y no quiero perder nada de ese maravilloso día que llegará justo en un mes y un día, que si bien no es tan glamuroso como las mil y una noches de Sherezade, a mí me basta, palabrita.
Pues bien, he aquí que comparto lo que me ha llegado estos dos últimos dos días para que ustedes decidan si a) se ríen, b) lloran, c) se enfadan, d) aplauden, e) comparten, f) cierran la página, g) todas las anteriores, h) ninguna de las anteriores, que de todo hay y debe haber en la viña del Señor.

Pero antes de pasar a otra cosa, ésta es la vida rápida que nos ha tocado, me gustaría aportar alguna noticia de cómo ven a España fuera (AYUSO dixit), reflejado en periódicos varios del mundo.
  • Según Le Figaro (Francia), la sentencia debilita al Ejecutivo de Sánchez.
  • Muchos medios, incluido The Guardian, consideran que la condena es un revés fuerte para el presidente español.
  • Die Zeit (Alemania) destaca que es un caso de gran trascendencia política, más allá de lo legal.
  • RFI analiza las consecuencias institucionales y la posible politización de la Fiscalía. 
  • Para Courthouse News, la condena podría aumentar la presión sobre el gobierno de izquierdas por la percepción de “lawfare” (uso de la justicia con fines políticos).
  • Varios medios internacionales recogen la idea de que el caso no es solo judicial, sino también político: hay quienes dicen que el proceso es parte de un “cerco político” a Sánchez.
  • También se señalan interrogantes sobre la sentencia: algunos medios lamentan que aún no se ha publicado la motivación completa (“aún no hay sentencia escrita”) y eso genera incertidumbre. 
  • Desde Telegraph se pone en relieve que el fiscal fue acusado de filtrar información directamente contra una rival política (Ayuso) y se enmarca el caso en claves ideológicas: “fiscal general de izquierdas” filtrando contra la oposición.
  • Euronews destaca que la suspensión (inhabilitación) es de dos años, y que lo ve como un golpe a la credibilidad institucional. 
  • Radiocable también habla de un “varapalo” para Sánchez y de un caso que podría marcar un hito en la democracia española.
  • Hay consenso en que la condena tiene una carga muy política: no se ve solo como un caso penal sino como un episodio institucional con implicaciones para el poder de Sánchez y la independencia fiscal.
  • La falta de una sentencia motivada (todavía no se ha publicado) alimenta precisamente la idea de que la decisión podría no estar totalmente justificada, lo que refuerza las críticas sobre su “racionalidad”.
¡Feliz Santa Cecilia!

Humor, remedio infalible.



♫ Música para un sábado ♪
Band of Horses, *The Funeral,

La Campaña.

viernes, 21 de noviembre de 2025

HUMOR FRANCO

 


ORGULLOSOS ESTAMOS, DOS RÉCORDS

La culpa del segundo será de Madrid, claro. A ver cuánto tarda el Presidente autonómico, los de los Cabildos y los alcaldes en echarle la culpa a Pedro Sánchez. Y mientras, los canarios, seguiremos votando a los mismos. Ver para creer.

 


¿Han servido de algo las manifestaciones, aquello de "Canarias tiene un límite"...? 
¿Manifestaqué? ¿De qué hablas?

3D

Buenos días. Hoy es viernes, y aunque no trabajo (siempre en teoría), quisiera terminar un par de informes que no pude ayer, entre visitas de obra y atención al ciudadano (no me gusta decir "atención al público"); he dormido mal, aunque un par de horas más de lo normal, por lo que trabajaré un poco y el resto del fin de semana me dedicaré al dolce far niente. Ésta es mi intención, igual hasta me doy un baño relajante en el mar. 
Pienso últimamente que Pozo Izquierdo es un buen lugar para vivir: pequeño, donde puedes hacerlo todo caminando; con playa y escaleras cómodas para entrar y salir del mar, dos restaurantes más que decentes, pocos coches y tranquilidad absoluta. Yo para supermercados y "cosas de ciudad" tienes Vecindario a tiro de piedra, a 5 minutos. ¿Lo mejor? El mar y la tranquilidad. 
Cambiando de tema, algo me he perdido, debo haber estado despistado porque no entiendo lo que ocurre con la tal Rosalía, a la que me encuentro hasta en la sopa. Ubicua en cualquier periódico, todo parece girar alrededor de esta chica, hasta la televisión española y americana se rinde a sus pies. No puedo ser objetivo y es una pena porque igual me  estoy perdiendo lo que no está escrito, pero para mi tiene todo lo que no me gusta: a) me cae mal, b) ha hecho apología del uso de pieles de animales, c) es histriónica cantando, d) sobreactúa constantemente... Hoy tanta tanta música por escuchar y tan poco tiempo, que no me molesta lo más mínimo dejar a ésta fuera de mi vida.
Y viajo al centro de la tierra, a la condena al former Fiscal General del Estado García Ortiz. Sé que no debemos dejar de creer en la Justicia, pues estaríamos perdidos, pero la verdad es que va a costar superar esta vuelta de tuerca. No sólo por lo que le han hecho a este hombre, que ya es bastante, sino sobre todo por aguantar a Ayuso, a MAR y a Rajoy soltando tantas perlas por esa boquita que daría para hacer varios y de diferentes tamaños: ¿Te gustó el collar?
Si se va a condenar a alguien con estas "pruebas", a partir de ahora, apaga y vámonos. Hemos aprendido que a ciertas personas mejor ni menearlas. No sé qué habrá pensado ayer Casado al leer la sentencia -por cierto, mucho más bondadosa de lo que pedía y/o predecía el jefe de gabinete de Isabelita-, ¡otro menos!, seguro. Esta gente dispara para todos lados, a la derecha, a la izquierda, a rebato, a discreción.
No sólo de Rosalía vive el hombre. El maná en España ¡España! lo vamos a seguir encontrando en Madrid, repartido por ella y por él. Visto lo visto que se preparen el hermanísimo y la mujer del can, no les auguro nada bueno.

Aquí mi recurrente nota a modo de PD. Pedro Sánchez dimite sorpresivamente, convoca Elecciones Generales y gana las elecciones por mayoría absoluta. En la retaguardia, VOX y el PP se pelean en el barrizal.

Por último, como si no tuviésemos suficiente con Rosalía, Ayuso, T y su cohorte, vuelve la Iglesia católica y apostólica (lo de romana lo veo menos, visto el caso que le hacen al Papa) a darnos otra de esas noticias que nos avergüenzan, que nos indignan por dos, ya que a ellos parece no afectarles en demasía. Hoy la atención está puesta en el obispo de Getafe, el cuarto caso oculto que sale a la luz en la diócesis madrileña, la misma en la que se sitúan las acusaciones al obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, que cuatro meses después aún sigue en el cargo.
Meterse en política se meten, pedir que el Presidente deje el cargo por esto y por ateo (por lo otro, quise decir), también. Ahora, quitar de sus puestos a estas joyas con manos largas que tienen, eso ni de coña. ·"Presunción de inocencia", dicen. Igual recuerdan al obispo Bernardo de Tenerife, que decía que los niños iban provocando a los sacerdotes y eso... Pobres curas, no son de piedra.

jueves, 20 de noviembre de 2025

JUEVES CON SABOR A VIERNES

Un poco más de Wagner, esta vez una de sus maravillosas oberturas, en este jueves fresco que parece haber traído consigo el invierno deseado. Mi amigo W, que ha vuelto de San Francisco, nos invita a cenar; esta mañana me espera una visita de obra y dos citas, y en menos de una hora me tomaré el segundo café mientras converso con una compañera que me adelantó ayer que algo tiene que contarme. Nunca nada es fácil o, como hubiera dicho mi sociomuerto, "no hay proyecto pequeño", que para el caso viene a ser lo mismo.
Wagner, "Tannhäuser". *Obertura.

LA FLECHA SIOUX

Hoy es 20 de noviembre de 2025, hoy se cumplen 50 años de la muerte de Franco y también los mismos años de libertad, la que disfrutamos TODOS. Los hunos y los hotros, que diría Unamuno. Nunca agradeceremos lo suficiente lo conseguido estos años y, al mismo tiempo, nunca deberemos bajar la guardia para que esto no se pierda, nada es seguro hoy, nada está asegurado, la Historia nos lo ha enseñado ya muchas veces. Un aniversario, éste, agridulce pero tomado con optimismo por el tiempo que nos ha de llegar y los nuevos logros a conseguir.
"Y ahora debo decirle que, por muchas que hayan sido las atrocidades de los mandos rojos, los hunos, son mayores las de los bandos blancos, los hotros". Miguel de Unamuno.
"Hay que matar, matar y matar a todos los rojos; exterminar un tercio de la población masculina y limpiar el país de proletarios". Gonzalo de Aguilera, Jefe de prensa de Franco. 
(Citas extraídas de "La península de las casas vacías", de David Uclés).  
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Tres silencios

Mirar hacia el pasado causa pereza y distancia en mucha gente de mi generación.
Aroa Moreno, 19.11.2025
https://elpais.com/espana/2025-11-19/tres-silencios.html

Mi abuelo tenía un pequeño y limpio agujero en la frente. Cuando yo era niña, le pregunté muchas veces cómo se lo había hecho. Acercaba mi dedo lentamente hasta tocarlo y le preguntaba. Y él siempre me respondió lo mismo: “Me lo hicieron los sioux con una flecha”. Cuando murió, alguien, tal vez mi madre, su nuera, me contaría que se lo había hecho un rebote de metralla durante la guerra. Pero mi abuelo nunca pronunció delante de mí esa palabra, y tampoco dictadura. Casi todos mis abuelos murieron cuando yo era joven para hacer algunas preguntas y lo era, quizá, para saber encajar las respuestas. Y el agujero de su frente, como la Historia, como su identidad para mí y, por extensión, una parte de la mía propia, su nieta, quedaron en la oscuridad para siempre.

Su silencio no era el silencio de nuestra casa, esa forma de estar callado venía de otra parte, esa respuesta de siempre no a la pregunta de cuéntame cosas de la guerra y de la dictadura se extendió por millones de familias de abuelos y abuelas callados que no se sentían orgullosos de haber participado en una contienda que se convirtió en una herida cronificada y no suturada durante décadas. Que venía del miedo a la represión y al señalamiento, de un silencio impuesto desde fuera y desde arriba. Sus hijos, nuestros padres, educados por ese eslabón anterior, se lanzaron a vivir su vida adulta en una España más luminosa, con ansias de pasar la página y de vivir en libertad. Atrás quedaba un relato de décadas, represión y cientos de miles de víctimas olvidadas. Y mi generación, aquella que nacía y crecía a la vez que se conquistaba la democracia y a la que nadie contaba qué había pasado aquí, convirtió a Franco en el protagonista de una canción escatológica con la melodía del himno del país.

Encima de ese silencio natural hay otro, de graves consecuencias que tocan este presente. Es el silencio de las escuelas. La falta de formación académica en Historia contemporánea de la España del siglo XX. La dictadura franquista fue la gran elipsis de nuestros libros. Nunca se llegaba a los temas que narraban la Guerra Civil ni a los casi 40 años de Régimen dictatorial. Incluso, a veces, se saltaban sin tocar y se pasaba directamente al relato de una Transición modélica que había traído una Constitución nueva y una monarquía parlamentaria. Se decía que muchos profesores de los años ochenta y noventa no se sentían cómodos explicando el franquismo, porque podían herir sensibilidades familiares y se refugiaban en el espíritu de la supuesta reconciliación, que ayudaba a quedarse al amparo del relato transicional oficial.

El último silencio, el más grave, es el silencio político. Desde la muerte de Francisco Franco, esa España en la que crecimos, que atravesó gobiernos de distinto signo, unos radicalmente opuestos e incómodos con que la memoria desvelara sus herencias, y otros tibios en su forma de nombrar y su concreción, tardó 75 años tras la Guerra Civil en exhumar la primera fosa común, 32 años en aprobar la primera Ley de Memoria Histórica, 47 desde la muerte del dictador en ampliar esa ley y declarar nulos los juicios de los tribunales militares de la dictadura o en prohibir la exaltación del franquismo o de sus dirigentes en espacios públicos. Era el año 2015, el entonces líder del Partido Popular, nacido el mismo año que yo, dio quizá la respuesta más despreciable en cuanto a la memoria: “Los de izquierdas son unos carcas, todo el día con la guerra del abuelo, siempre con la fosa de no sé quién”.

Desde siempre, la derecha se ha ausentado de los actos y homenajes que tienen que ver con la reparación de las personas que sufrieron la represión en este país que es el suyo, estableciendo categorías de víctimas. Y la memoria democrática, que no es un continente abstracto y vacío, que no es solo una palabra manoseada políticamente para dar la batalla cultural, tiene todavía hoy dificultades para sostenerse sobre sus tres pilares. No ha habido ninguna comisión de la verdad, no ha habido justicia transicional y solo ahora parece que comienza a haber ciertas reparaciones simbólicas que llegan muy tarde.

La memoria de una democracia moderna y salubre es identidad nacional y es una palanca poderosa porque ubica nuestros relatos íntimos y familiares dentro de un contexto mayor, es clave para relacionarnos y sentirnos parte de ese territorio en el que nos ha tocado convivir. Es un derecho de los pueblos. No se remueve nada porque todo sigue agitado desde entonces y es indispensable para entender la política actual. No hay patria posible que desestime el relato de quienes sufrieron represalias y violaciones de Derechos Humanos.

Me consta que mirar hacia el pasado causa pereza y distancia en mucha gente de mi generación, que lo ve tan carca como aquel político, y se sostiene así el desentendimiento. Pero quizá debamos asumir nuestra propia responsabilidad dentro de esa historia infinita que comienza antes que nosotros y terminará mucho tiempo después. Es tiempo de cuestionar cómo se hicieron algunas cosas para no sorprendernos porque aquellos que nos siguen y que han nacido ya en el siglo XXI, entiendan que lo revolucionario y lo punk hoy es la extrema derecha y no les parezca mal una dictadura como la que dejamos atrás. Quizá sea tarde cuando perdamos derechos, por ejemplo, las mujeres, los colectivos minoritarios, los migrantes, y perdamos libertades, por ejemplo, la de expresión, cuando nos manden callar, cuando no podamos escribir de ciertas cosas y nos vuelva a caer encima otro silencio más. No es una exageración, solo hay que abrir las ventanas y poner los ojos en algunas afueras.

ODA A LA IGNORANCIA O CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE PEOR


Por qué con Franco no se vivía mejor: cuando el Régimen creía que el papel de la mujer era “encontrar a quién someterse”
Pese al revisionismo histórico y el discurso de la extrema derecha, el desmontaje de la legislación de la dictadura ha llevado a España a la época de mayor libertad y progreso.

“Si quieres identificar una dictadura, es muy sencillo: Todo lo que no es obligatorio está prohibido”. La frase del periodista Iñaki Gabilondo ilustra con lucidez casi cuatro décadas de franquismo, pero la desmemoria, el desconocimiento y el revisionismo histórico que practica y difunde la extrema derecha han provocado que esa distinción no parezca tan evidente para más de un 21% de la población que considera, según una encuesta reciente del CIS, que esos años fueron “buenos” o “muy buenos” para el país. La idea de que con Franco vivíamos mejor se ha expresado en el Parlamento —“Este es el peor Gobierno en 80 años”, declaró el líder de Vox, Santiago Abascal—, y también fue en la sede de la soberanía nacional donde un diputado —Manuel Mariscal, del mismo partido— se jactó de que “gracias a las redes sociales”, los jóvenes están “descubriendo que la etapa posterior a la Guerra Civil no fue una etapa oscura, sino de reconstrucción, progreso y reconciliación”.

La historiadora Carmina Gustrán, comisionada del Gobierno para la celebración de los 50 años de España en Libertad, el programa estatal relacionado con el aniversario de la muerte de Franco, explica que “todos los actos diseñados [más de un centenar] buscan ampliar el conocimiento sobre la dictadura, su miseria económica y moral” y, al tiempo, festejar la “gran transformación” desde la reconquista de la democracia. “Hemos pasado de ser un país que reprimía, encarcelaba y aplicaba terapias de conversión a los homosexuales, a ser un referente mundial en políticas LGTBIQ+. Hemos pasado de la dote para que las mujeres dejaran sus trabajos al casarse, a altas tasas de empleabilidad femenina, con mujeres ocupando cada vez más puestos de responsabilidad en empresas e instituciones. De ser un país de emigrantes, con miles de personas que salían del país cada año, a ser uno de acogida...”.

Estos son algunos de los hitos de esa gran transformación:
 
“Hágase la ciega, la sorda y la muda”

“Si la mujer es habitualmente de carácter apacible, dulce y bondadosa”, escribía Antonio Vallejo-Nágera, psiquiatra de cabecera del franquismo, “débese a los frenos que obran sobre ella, pero como el psiquismo femenino tiene muchos puntos de contacto con el infantil y el animal, cuando desaparecen los frenos que contienen socialmente a la mujer, entonces despiértase en el sexo femenino el instinto de crueldad”. Amparado en esos estudios que pedían “reformas sociales indispensables para restar adeptos a la causa marxista”, el Régimen se puso manos a la obra en la fabricación de frenos para contener socialmente a las mujeres después de los “excesos” de la República. Como primera medida, “la salud de la raza”, explica el historiador Paul Preston en El holocausto español, “exigía separar a los niños de sus madres rojas” en las cárceles. Las disparatadas teorías eugenésicas de Vallejo-Nágera “se emplearon para justificar el secuestro de niños republicanos” y que no germinara en ellos el peligroso “gen marxista”.

En 1942 se creó el Patronato de Protección a la Mujer para, según el decreto franquista, “apartarlas del vicio y educarlas con arreglo a las enseñanzas de la religión católica”. La llamada Liga Española contra la Pública Inmoralidad; la Sección Femenina; el consultorio de Elena Francis... todo estaba orientado a sepultar los derechos y libertades alcanzados en la República y recluir a las mujeres en cocinas y paritorios. Curiosamente, la única con poder en las instituciones del Régimen, Pilar Primo de Rivera, al frente de la Sección Femenina, y hermana de José Antonio, fundador de Falange, decía cosas como estas: “La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular o disimular, no es más que un eterno deseo de encontrar a quién someterse”; “Las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles”.

En esa reeducación también jugó un papel determinante un consultorio radiofónico ideado como una especie de policía moral que sirvió, durante décadas, para legitimar el franquismo. El libro Las cartas de Elena Francis (Cátedra) recoge cuantiosos ejemplos. A una madre con cuatro hijos que confiesa la infidelidad de su marido, la locutora le aconseja: “Es mucho mejor que se haga la ciega, la sorda y la muda. Procure hacer lo más grato posible su hogar...”. A otra mujer que le habla de las palizas que recibe en presencia de su hija de 10 años, le recomienda: “Sea valiente, no descuide un solo instante su arreglo personal. Y cuando él llegue a casa, esté dispuesta a complacerlo en cuanto le pida...”.

Y la prueba del algodón, el Código Civil y el Código Penal. Con Franco, España volvió a la legislación de 1889. “Artículo 60: ”El marido es el representante de su mujer"; “Artículo 61: ”Tampoco puede la mujer, sin licencia o poder de su marido, adquirir por título oneroso ni lucrativo, enajenar sus bienes, ni obligarse, sino en los casos y con las limitaciones establecidas por la Ley". Es decir, un sistema de tutela similar al de países como Arabia Saudí o Qatar. Además, en mayo de 1942, el franquismo recuperó el delito de adulterio, pero con diferencias según quien lo cometiera porque, aunque “idéntico en su esencia” era “diverso por la gravedad del daño, mucho mayor en la infidelidad de la esposa”. Así, según el Código Penal, cometía adulterio “la mujer casada que yace con varón que no sea su marido y el que yace con ella sabiendo que está casada, aunque después se declare nulo el matrimonio”. Si el adúltero era el hombre, se hablaba de “amancebamiento”. La mujer era culpable siempre; el hombre, solo si tenía a su amante en la casa conyugal.

En 1958, y gracias a la presión de una abogada falangista, Mercedes Formica, conmocionada por el asesinato a puñaladas de una mujer a manos de su marido, se introdujeron algunas reformas en el Código Civil —los cambios fueron conocidos como “la re-formica”—. Como recuerda el historiador Nicolás Sesma en Ni una, ni grande, ni libre, “se equiparó la consideración jurídica del adulterio y se redujo la unilateralidad en la disposición del patrimonio inmobiliario y el régimen de gananciales. Se mantenía, sin embargo, la necesidad de contar con el permiso del marido para la participación en procedimientos legales, la aceptación de herencias y el ejercicio de la función de albacea”. Ya en 1975, el trabajo incansable de otra jurista, María Telo, favoreció nuevos cambios para que las españolas casadas pudieran abrir cuentas en el banco, trabajar y disponer de su salario sin permiso del marido.

La ley del divorcio se aprobó en 1981. La de igualdad, en 2007 (con la abstención del PP). El 3 de diciembre de 1986 se practicó el primer aborto legal en España —se había despenalizado para algunos supuestos—; en 2010 entró en vigor la ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. En 2022, la modificación del Código Penal que castiga con prisión de tres meses a un año o con trabajos en beneficio de la comunidad a quienes acosen a las mujeres que deciden abortar. Hoy hay más universitarias (56,8%) que universitarios. En el Gobierno de la nación tres son vicepresidentas y ocho, ministras. En los Ejecutivos regionales hay cinco presidentas; en el Congreso, las mujeres son el 44% del hemiciclo. Una bióloga molecular de León, Sara García, astronauta de reserva, investiga sobre nuevos fármacos contra el cáncer. En 2007, una almeriense de 26 años, Rosa María García-Malea, se convirtió en la primera mujer piloto de caza del Ejército...

A la cárcel por homosexual

En 1954, el Régimen franquista incluyó a los homosexuales en la ley de vagos y maleantes, junto a “los mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos mentales o lisiados”. La norma permitía, como “medida de seguridad”, internar a gais en “instituciones especiales, y, en todo caso, con absoluta separación de los demás”. En 1970, cinco años antes de la muerte de Franco, la ley fue sustituida por la de “peligrosidad y rehabilitación social”. La dictadura los consideraba ahora una especie de enfermos a los que había que “curar” y los separaba en “pasivos” o “activos”. Las lesbianas eran enviadas al manicomio. Entre los represaliados del colectivo, Rampova relataba a este periódico a punto de cumplir 50 años: “En la prisión de Barcelona me enviaron a un pabellón de invertidos para menores. Los presos pagaban a los vigilantes para colarse y violarnos. Luego nos pegaban palizas para demostrar que ellos no eran gais. Venían cinco, seis veces al día. A veces hasta ocho. He tenido más violaciones que relaciones consentidas”. Después de la cárcel, llegaba el destierro. De uno a dos años.

El pasado julio se cumplieron 20 años de la entrada en vigor de la ley del matrimonio igualitario. España fue el tercer país del mundo en aprobarlo. 


La censura

Ya en 1938, durante la Guerra Civil, el BOE publicó la ley de prensa que estableció un sistema de censura previa “frente al libertinaje democrático”. De acuerdo a la norma, correspondía al “jefe del servicio de prensa de cada provincia”, elegido por el ministro, ”ejercer la censura de acuerdo con las orientaciones que se le dicten". El Ministerio podía “castigar gubernativamente todo escrito que tienda, directa o indirectamente, a mermar el prestigio de la Nación o del Régimen, entorpezca la labor de Gobierno en el Nuevo Estado o siembre ideas perniciosas entre los intelectualmente débiles”. Los mecanismos se fueron perfeccionando para que en España nadie leyera, oyese o viese algo que no fuera del gusto de las autoridades franquistas.

En 1966, siendo ministro de información Manuel Fraga, se aprobó una nueva ley de prensa que pretendía ser más aperturista, lo que no impidió cierres de periódicos como el diario Madrid. Dos años después de la muerte de Franco un decreto estableció: “La libertad de expresión y el derecho a la difusión de informaciones por medio de impresos gráficos o sonoros no tendrá más limitaciones que las establecidas en el ordenamiento jurídico con carácter general”.

Recientemente, sin embargo, en Ayuntamientos gobernados por el PP y Vox se han producido episodios de censura, como la cancelación en Briviesca (Burgos) de la obra El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca, que narra, precisamente, la historia de un maestro republicano, Antonio Benaiges, torturado, fusilado y arrojado a una fosa común en 1936.
 
 
 
De emisor a receptor de emigrantes

Una de las charlas del programa España en libertad, titulada Del milagro a la realidad: dictadura, transición y democracia desde la historia económica, desmontó varios mitos alrededor de Franco. “Los países de la Europa Occidental”, explicó Vicente Pinilla, catedrático de historia económica, “tardaron cinco años en recuperar el PIB per cápita previo a la guerra. A España le costó 17″.“En 1975, el gasto público suponía el 11,7% del PIB mientras que la media europea estaba entre el 40% y el 50%”, añadió. Margarita Vilar, doctora en Economía, recordó que en los años sesenta, un trabajador de la misma industria, cualificación y cargo “ganaba tres veces más en Suiza y dos veces más en Alemania” y explicó cómo la ley de bases de seguridad Social, que entró en vigor en enero de 1967 y por la que algunos atribuyen falsamente a Franco la creación del Estado del bienestar, no tenía “nada que ver con las medidas que se aprobaron en democracia para reducir la desigualdad y tratar de cubrir universalmente a la población”. “En aquella ley”, aclaró, “el coste de pago era mucho mayor para el asalariado que para los empresarios”.

Paula Rodríguez, doctora en Economía, se refirió a los engañosos datos de paro durante el franquismo “a costa de expulsar del mercado de trabajo a las mujeres [solo los hombres cuyas esposas no trabajaran fuera de casa podían acceder al llamado subsidio familiar] y por la emigración española”. Después de la primera etapa del exilio, que supuso una mutilación cultural e intelectual (Luis Buñuel, Rafael Alberti, Federica Montseny, Clara Campoamor...), aproximadamente dos millones de españoles abandonaron el país entre 1960 y 1975. La emigración, como recuerda Arturo Lezcano en El país invisible (Libros del KO) fue una especie de Plan Marshall privado [del real España fue excluida por su régimen político]. La dictadura, que en 1941 había llegado a prohibir la emigración por decreto, luego agradeció la generosa aportación de sus remesas.

Sobre la supuesta inteligencia económica de Franco, una anécdota: a principios de los cuarenta fue estafado por un austriaco, Albert Edward Wladimir Fülek Edler von Wittinghausen, que le convenció de que tenía la fórmula para convertir agua, extractos de plantas y otros ingredientes secretos en un combustible superior a la gasolina, la fikelina, como la llamaba cariñosamente el dictador. En su biografía, Paul Preston relata que Franco se apresuró a anunciar que España sería autosuficiente en energía y un país rico exportador de petróleo. Ignacio Martínez de Pisón explica en El estafador que engañó a Franco que la primera ley de protección de la industria nacional durante la dictadura fue precisamente para favorecer el desarrollo de la fikelina, incluyendo la expropiación de unos terrenos a las afueras de Madrid para instalar una fábrica y la construcción de unos tanques subterráneos para almacenar la nueva pócima. Descubierto el engaño, el timador fue encarcelado discretamente y en 1946, deportado a Alemania.

“La dictadura”, resume la historiadora Carmina Gustrán, “fue especialista en tergiversar la realidad. Franco celebró en 1964 sus ’25 años de paz’ cuando lo que se había sufrido en España desde 1939 era fundamentalmente unas políticas de la venganza por las que los franquistas sistemáticamente encarcelaron, asesinaron y robaron a los republicanos y sus familias. Presumió de desarrollo económico sin hablar de los altísimos costes sociales, ni del éxodo rural, ni de las remesas de los emigrantes; ni de la construcción sin planificación en la costa, ni de los barrios de chabolas a las afueras de grandes ciudades sin agua, luz, alcantarillado, escuelas o transporte público”. La historiadora pone un ejemplo más de “los bulos que se repiten de un modo sistemático y con fines políticos”: “Los proyectos de pantanos no son una invención del franquismo. La II República ya tenía un Plan Nacional de Obras Hidráulicas en 1933, promovido por Indalecio Prieto. Franco continuó con el desarrollo de infraestructuras que ya estaban planificadas y para ello utilizó, en muchos casos, mano de obra esclava, de presos mayoritariamente políticos. En la construcción de pantanos, además, se enriquecieron las grandes empresas vinculadas al régimen con prácticas profundamente corruptas y el uso de esa mano de obra esclava”. “El franquismo”, concluye, “fue una máquina de crear infelicidad”.

Hoy, España es un país receptor de emigrantes. Este año ha superado el millón de afiliados latinoamericanos a la Seguridad Social de un total de 21,8 millones de cotizantes. El diario británico Financial Times acaba de describir la economía del país como “la de mayor crecimiento de Europa y una de las más sólidas del mundo desarrollado”