Continúan fascidándome las marañas de cables, aún dedicándome a la arquitectura y viéndolos constantemente. Me parece un trabajo ímprobo montar estos sistemas eléctricos, telefónicos, de saneamiento, fontanería, internet, etc., y que una vez terminados funcionen. Las luces encienden, los enchufes funcionan, las lavadoras desaguan. Pues sí, todo acaba funcionando a la perfección.
Claro que aún lo siguen haciendo los aviones cuando despegan, el televisor, el fax y los discos de vinilo, los CD's, todas estas cosas que la tecnología nos ha ido regalando y no por comunes debemos entenderlas.
Pulsar un botón de la pared y que la lámpara se encienda ¿no les parece fascinante?
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