Miles de científicos advierten a la Humanidad sobre el
cambio climático: será inevitable "un sufrimiento indescriptible"
Es la conclusión del artículo suscrito por una coalición
mundial de 11.000 científicos de 153 países dirigida por William J. Ripple y
Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregón, que se publica en la
revista 'BioScience'. Señalan seis áreas en las que hay que tomar medidas
inmediatas para frenar los efectos de un planeta en calentamiento.
Europa Press - Madrid. 05/11/2019 - 18:39h
Será inevitable "un sufrimiento humano
indescriptible" si no hay cambios profundos y duraderos en actividades
humanas que contribuyen al efecto invernadero y otros factores ligados al
cambio climático.
Es la conclusión del artículo suscrito por una coalición
mundial de 11.000 científicos de 153 países dirigida por William J. Ripple y
Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregón, que se publica en la
revista BioScience.
"A pesar de 40 años de negociaciones mundiales
importantes, hemos seguido haciendo negocios como de costumbre y no hemos
logrado abordar esta crisis --alerta Ripple, profesor de ecología en la
Facultad de Silvicultura--. El cambio climático ha llegado y se está acelerando
más rápido de lo que muchos científicos esperaban".
Estos profesionales declaran en su artículo una emergencia
climática, presentan gráficos que muestran tendencias como signos vitales para
medir el progreso y proporcionan un conjunto de acciones de mitigación
efectivas.
Los científicos señalan seis áreas en las que la Humanidad
debería tomar medidas inmediatas para frenar los efectos de un planeta en
calentamiento.
En primer lugar sitúan la energía, donde consideran
imprescindible implementar prácticas masivas de conservación; reemplazar los
combustibles fósiles con energías renovables bajas en carbono; dejar las
reservas restantes de combustibles fósiles en el suelo; eliminar los subsidios
a las compañías de combustibles fósiles, e imponer tarifas de carbono que son
lo suficientemente altas como para restringir el uso de combustibles fósiles.
En segundo lugar, abordan los contaminantes de
corta duración, donde reclaman que se reduzcan rápidamente las emisiones de
metano, hollín, hidrofluorocarbonos y otros contaminantes climáticos de corta
duración; hacerlo tiene el potencial de reducir la tendencia al calentamiento a
corto plazo en más del 50% en las próximas décadas.
La naturaleza figura en tercer lugar. Para ello,
recomiendan restaurar y proteger ecosistemas como bosques, praderas, turberas,
humedales y manglares, y permitir que una mayor parte de estos ecosistemas
alcance su potencial ecológico para secuestrar dióxido de carbono atmosférico,
un gas de efecto invernadero clave.
En cuarta posición, sitúan la comida, sobre la que
ven necesario ingerir más vegetales y consumir menos productos animales
para reducir significativamente las emisiones de metano y otros gases de efecto
invernadero y liberar tierras agrícolas para el cultivo de alimentos humanos en
lugar de alimentos para el ganado.
La reducción del desperdicio de alimentos también la
consideran fundamental ya que recuerdan que al menos un tercio de todos los
alimentos producidos terminan como basura.
El quinto ámbito sitúan a la economía, sobre la
que recomiendan reconvertirla en una economía de carbono para abordar la
dependencia humana de la biosfera y alejar los objetivos del crecimiento del
producto interior bruto y la búsqueda de la riqueza. Así, aconsejan frenar
la explotación de los ecosistemas para mantener la sostenibilidad de la
biosfera a largo plazo.
Y finalmente abordan la población, donde ven clave
estabilizar el número global de humanos, que aumenta en más de 200.000
personas por día. Para ellos recomiendan utilizar enfoques que garanticen
la justicia social y económica.
Mayor preocupación, mayor conciencia
"Mitigar y adaptarse al cambio climático al tiempo que
se honra la diversidad de los seres humanos implica grandes transformaciones en
las formas en que nuestra sociedad global funciona e interactúa con los
ecosistemas naturales", señala el documento.
"Nos sentimos alentados por un reciente aumento en
la preocupación. Los organismos gubernamentales están haciendo declaraciones de
emergencia climática, los escolares están en huelga, las demandas por ecocidio
se están llevando a cabo en los tribunales, los movimientos de ciudadanos de
base demandan cambios, y muchos países, estados y provincias, ciudades y
empresas están respondiendo. Como Alianza de Científicos del Mundo, estamos
listos para ayudar a quienes toman las decisiones en una transición
justa hacia un futuro sostenible y equitativo", aseguran.
Los gráficos de signos vitales del documento ilustran varios
indicadores y factores clave del cambio climático en los últimos 40 años, desde
que científicos de 50 naciones se reunieron en la Primera Conferencia Mundial
sobre el Clima en Ginebra en 1979.
En las últimas décadas, muchas otras asambleas mundiales han
acordado que la acción urgente es esencial, pero las emisiones de gases de
efecto invernadero siguen aumentando rápidamente.
Otros signos ominosos de las actividades humanas incluyen
aumentos sostenidos en la producción de carne per cápita, pérdida global de la
cobertura arbórea y número de pasajeros de aerolíneas.
También señalan algunos signos alentadores, como la
disminución de las tasas de natalidad mundiales y la pérdida de bosques
desacelerada en la Amazonía brasileña, y el aumento de la energía eólica y
solar, pero incluso esas medidas están teñidas de preocupación.
La disminución en las tasas de natalidad se ha desacelerado
en los últimos 20 años, por ejemplo, y el ritmo de pérdida de la selva
amazónica parece estar comenzando a aumentar nuevamente.
"La temperatura global de la superficie, el contenido
de calor del océano, el clima extremo y sus costos, el nivel del mar, la acidez
del océano y el área quemada en los Estados Unidos están aumentando --recuerda
Ripple--. A nivel mundial, el hielo está desapareciendo rápidamente como lo
demuestran las disminuciones en el hielo marino mínimo ártico en verano, las
capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, y el grosor de los glaciares.
Todos estos cambios rápidos resaltan la necesidad urgente de acción",
concluye.
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