domingo, 3 de noviembre de 2019

CON DESASOSIEGO


Estas últimas semanas, dos amigos me habían recomendado, en distintas conversaciones, ver una serie británica con, más o menos, la misma vehemencia: ¡no te la puedes perder! Ayer, imbuido en un fin de semana de trabajo pero sin ganas algunas de ello, decidí ver la serie y dejar para otro momento el final de "The Hot Zone", aquella que estaba viendo a cuentagotas. Así, comencé a ver por la tarde "Years and Years" con muchísimo interés.
Domingo por la tarde: he terminado de ver la serie. Aún intento asimilar lo que visto y he oído. La serie hay que verla, es absolutamente imprescindible en estos tiempos. Lo que ocurre y lo que puede pasar está mostrado con toda la crueldad necesaria, la vida misma, lo que sabemos -lo que sospechamos-, lo que preferimos no saber y lo que ignoramos. Los personajes podemos ser tú y yo, hoy o mañana, sin duda. Lo que creemos imperecedero puedo no serlo en un tris; aquellos que legan podemos ser nosotros yendo, nada es eterno. ¿Lo fue para un judío en 1932?, ¿para un gay en la España del 39? ¿o para un inmigrante que deja todo e intenta llegar a Europa cualquiera de estos días?
La serie nos habla de amor, de traiciones, de política (más bien del circo político), de la condescendencia, de mirar para otro lado, de la comodidad, del futuro, de la tecnología (que se nos escapa de nuestras manos y no nos damos cuenta), de los iluminados, de la injusticia. Varias generaciones de una misma familia y durante 15 años. Una serie que logra calar y que te deja desasosiego en el alma, créanme. Repito, de visión obligatoria.
Ah, y crucemos los dedos.

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