Estado laico frente a Edad Media
Pedro Sánchez promete su cargo
sin crucifijo ni Biblia, mientras que un Sant Jordi del siglo XV preside el
acto de toma de posesión de los 'consellers' catalanes.
Pedro Sánchez ha tomado posesión sin Jesucristo como testigo desde la cruz, y sin la Biblia disputándole su sitio a
las sagradas escrituras de la Constitución. Con Torra, entretanto, sus consellers han tomado posesión ante
un Sant Jordi de plata del siglo XV trasladado allí para la ocasión. Los
símbolos nunca son neutrales; y la política, desde luego, también se expresa
mediante símbolos, que a menudo, como sostenía Camus en su Sísifo, superan las
expectativas.
Sánchez probablemente no se
proponía inaugurar el Estado laico ya avanzado el siglo XXI al ser el primer
presidente en prescindir del atrezzo religioso al tomar posesión del
poder civil; pero él contribuye a dejar un poco más atrás la Edad Media presente
en el salón de Sant Jordi al constituirse el Govern.
El mensaje liberal de Pedro
Sánchez, escenificando el laicismo del Estado, contrasta con la concepción
mágica, religiosa e identitaria, que ata al nacionalismo catalán a unas
esencias míticas irreparablemente primitivas.
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