¡Qué quieren que les diga! Hace ya más de diez años tuve un problema con Hacienda a colación de la venta de la pequeña casa donde vivía, hubo una inspección, me multaron, pagué y se acabó. ¿Me considero un defraudador? Por supuesto que no. Claro que la cantidad a pagar fue ínfima, pero cualquiera puede equivocarse al hacer la declaración de la Renta y no significa por ello que sea un chorizo.
Este rollo viene a cuento de la dimisión del Ministro de Cultura Maxim Huerta. España, el país de la buena memoria -cuando interesa- no dio un minuto de gracia a este ministro con pasado televisivo con crónica de muerte anunciada. Defraudó, pagó y listo; ¿cuántos pueden decir lo mismo? El hecho es que yo defiendo lo de la mujer del César, de manera que me quito el sombrero con este señor que dimite sobre la marcha. Repito, ¿cuántos pueden decir lo mismo?
Qué gran verdad aquello de que tire la primera piedra quien esté libre de pecado.
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