Prestos están los periódicos del Régimen a ensalzar la labor del Gobierno del PP ante la crisis, ¿crisis? ¿qué crisis? Ahora están frotándose las manos con lo que nos viene encima, por lo menos informativamente hablando, después de averiguar, por usar este verbo, que Pujol tiene menos de honorable que Urdangarin. Claro que antes se descubrió que Juan Carlos I tenía también cuentas en Suiza heredadas de su padre y si te he visto no me acuerdo (léase artículo de Iñaki Anasagasti). El país despega -obra y gracia de Rajoy, azote de Zapatero y demás socialistas, loado sea-, pero el paro no baja, siguen los desahucios y los jóvenes emigran. Sí, ya lo sé, siempre erre que erre con lo mismo, pero es lo que hay, así soy yo. Por mucho que nos digan ahora que España va bien, que de la crisis me vengo a enterar ahora o que la culpa es del cha cha cha, deberán pasar muchos años hasta que podamos olvidar las barbaridades que se han hecho en estos últimos años. Ahora, si algo puede tener de bueno vivir aquí es que uno solo tiene que leer un periódico u otro para pensar que vive en dos países completamente diferentes, y a veces hasta en tres. ¿En cuál de ellos prefieres vivir tú?
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HAY QUE DESTRUIR A PUJOL. HAY QUE RECONSTRUIR AL REY
Iñaki Anasagasti
El gran delito de Jordi Pujol no solo ha sido un inmenso
fraude fiscal, o lo que haya hecho con sus cuentas en el exterior. El gran
delito ha sido la enorme tristeza y la terrible decepción que ha producido en
sus seguidores y en los muchísimos demócratas y nacionalistas que le hemos
seguido, admirado, defendido y creído en él durante casi cuatro décadas. Nos
parece terrible lo que le está pasando y lo que nos está pasando.
Ya no es el Molt Honorable Presidente. Ya no tiene el título
de President. Ya no preside honoríficamente a Convergencia y a CIU. Ya no tiene
oficina, coche y secretarias. Ya no es una referencia del nacionalismo. Ya no
es parte de nuestras vidas. Toda una vida destrozada por algo impresentable y
delictivo.
Y yo lo siento muchísimo sin que por eso crea que no le
deben pasar estas cosas a quien tanto daño ha hecho a Catalunya, a CIU, a los
nacionalismos, y a la democracia.
Lo que si me da asco es la distinta vara de medir de esta
España de caca donde Pujol es la personificación de todos los males y al rey
Juan Carlos hay que preservarlo de todo. Hasta su hijo Felipe VI con su
decisión de quitar a sus hermanas el pago (algo impresentable) por actos
institucionales, y prometer transparencia y control a sus cuentas a la vez que
un control exhaustivo sobre los regalos recibidos, dentro de la bondad del
hecho y de asumir el camino correcto, no son más que enmiendas a la totalidad a
lo hecho por su padre en cuarenta años junto a la permisividad de los gobiernos
de González, Calvo Sotelo, Aznar, Zapatero y Rajoy que nos han rechazado
siempre lo que ahora tanto valoran y que nosotros hemos demandado. Se nos
trataba de chiflados, incordiantes, desestabilizadores por algo que hoy es lo
ético y lo normal. Antes lo políticamente correcto era tapar la porquería. Hoy,
ya no.
Pero es que además el rey Juan Carlos es un corrupto del que
no sabemos todavía la cuantía de su inmensa fortuna. El rey, como comisionista
ha robado a espuertas durante estos años y esto no solo queda impune sino que
su hijo le preparan una honorable salida como representante del rey en las
tomas de posesiones de los presidentes americanos, el próximo el de Colombia,
Eduardo Santos.
Mal lo de Pujol. Bien la reacción. Mal lo del Rey,
pésimamente la reacción.
He ahí la direfencia entre la democracia,la
republica y la monarquia.Entre detstruir a una persona que se ha autodestruido
y reconstruir a un comisionista supermillonario y sin control.
Y eso lo permite Felipe VI.
Porque esto no pasaría sin su permiso.
La diferencia entre Pujol y el Rey en relación a sus cuentas en el exterior
La consternación provocada por la confesión de Jordi Pujol
sobre su cuenta en Andorra ha sido propia de un cataclismo y una gran decepción
moral. Y nada justifica lo hecho por una persona valiosa en el que muchos
creíamos. Y no se entiende como se puede empañar una trayectoria tan al
servicio de una causa por mero interés económico. Es terrible y difícil
de encontrar palabras adecuadas para descubrir el daño hecho por una
personalidad tan fuerte y a la que teníamos tanto aprecio. Es la muerte
de un símbolo, de un mito.
Pero este caso de ocultación va a ser investigado y en su
caso, sancionado. Y desgraciadamente Jordi Pujol quedará inhabilitado
políticamente para cualquier iniciativa o consejo que podría dar. Es por todo
una situación terrible y muy penosa.
Pero el rey ahí sigue agazapado contando con todos los
honores cuando se niega a dar cuenta del patrimonio acumulado en estos cuarenta
años. Intocable e impune. Pujol, tocable y no impune, sobre todo para quienes
desean destrozarlo personalmente y en su obra. El rey, aforado e intocable.
Por eso es bueno recordar lo que ocurrió el año pasado
cuando se encontraron cuentas en Suiza, herencias no declaradas y opacidades
varias. La justicia no actuó. La agencia tributaria no actuó. Las Cortes no
actuaron pues no se nos dejó preguntar nada sobre este asunto. La prensa dejó
el caso.
Se sospecha que la cuenta en Andorra de Pujol no solo
procede de una herencia de su padre sino ha sido alimentada estos años. Ojalá
se investigue y llegue al fondo de la cuestión. Pero ¿de dónde nace el
riquísimo patrimonio del rey valorado en casi 2.000 millones de euros como dio
cuenta el New York Times?.
Muy mal lo hecho por Pujol, pero, ¿y el rey que prepara su
viaje a Colombia para representar al gobierno en la toma de posesión de Santos?
¿Por qué esta doble vara de medir?.
Recordemos los hechos.
Zarzuela no puede demostrar que el Rey tributara por la
herencia suiza de su padre
La Casa Real se limitó a decir que tiene "la
convicción" de que los albaceas se ocuparon de liquidar las obligaciones
con el fisco, pero no tiene datos para probarlo. Añadió que Hacienda tampoco
podrá confirmarlo al haber pasado 20 años. Juan Carlos recibió 375 millones de
pesetas
La Casa del Rey confirmó hace un año que Juan Carlos
"no tiene ninguna cuenta en el extranjero" desde 1995, cuando cerró
las que tenía en Suiza con 375 millones de pesetas (2,25 millones de euros)
procedentes de la herencia de su padre. Sin embargo, la investigación abierta
por Zarzuela tras destaparse este asunto hace cuatro meses, no ha encontrado
pruebas documentales de que se cumpliesen las obligaciones tributarias
derivadas de la herencia, aunque tienen "la convicción" de que los
albaceas lo hicieron.
Las cuentas suizas heredadas por don Juan Carlos quedaron
"a cero" en el año 1995, cuando fueron liquidadas y el dinero ocupado
en el pago de deudas de los condes de Barcelona.
Así lo aseguraron fuentes de la Casa Real al explicar los
resultados de la investigación abierta hace cuatro meses para tratar de
verificar una información publicada por "El Mundo", según la cual
Juan de Borbón dejó al morir, hace veinte años, una fortuna de 1.100 millones
de pesetas, incluidos 728 millones en cuentas de Suiza, de las cuales el Rey
habría heredado 375 millones de pesetas.
Las indagaciones llevadas a cabo por el jefe de la Casa del
Rey, Rafael Spottorno, sólo han permitido verificar que las cuentas fueron
liquidadas entre 1993, año de fallecimiento del padre del monarca, y 1995, y
que el dinero no se transfirió a otro lugar.
Además, Zarzuela tiene la "convicción" de que
los albaceas de don Juan pagaron los impuestos hereditarios, aunque no ha
conseguido recabar pruebas documentales que lo confirmen. Hacienda tampoco
podrá dar explicaciones al haber transcurrido 20 años.
Seguir el rastro a estas cuentas ha resultado un trabajo muy
complicado, aseguraron las mismas fuentes, por los veinte años que han
transcurrido desde que murió el padre del Rey, por la ausencia de documentos al
respecto y, sobre todo, porque las entidades bancarias en que estaba depositado
el dinero desaparecieron o fueron absorbidas por otras que a su vez cerraron y
por la opacidad de la Casa Real.
En el Palacio de la Zarzuela no hay papeles que se refieran
a esas cuentas y todas las indagaciones las tuvo que llevar a cabo Spottorno a
través de entidades financieras suizas y sin que el Ministerio de Hacienda haya
podido aportarle datos.
No obstante, la Casa del Rey tiene la "convicción"
de que los tributos sí fueron abonados por los albaceas, en concreto por Luis
de Ussía y Gavalda, conde de los Gaitanes, fallecido en 2005 y que fue quien
llevó el peso de las gestiones sobre la herencia dentro del equipo de albaceas
nombrado por Juan de Borbón.
En cuanto al dinero que recibió el rey como herencia
consignado en cuentas de Suiza, Zarzuela no puede confirmar siquiera su
cuantía, cifrada por El Mundo en 375 millones de pesetas, pero sí ha logrado
verificar que las cuentas desaparecieron en 2005.
Quedaron "a cero", aseguran las fuentes, y el
dinero no se transfirió a entidades de España ni de ningún otro país porque se
supone que se utilizó para pagar "obligaciones y deudas" contraídas
por el conde de Barcelona, así como a otros gastos no concretados.
No tienen ninguna duda sobre la situación actual de las
finanzas del jefe del Estado y así afirman de manera rotunda: "El Rey no
tiene ninguna cuenta en el extranjero". Para dar idea de las dificultades
que Rafael Spottorno se ha encontrado en su investigación, las fuentes de
Zarzuela han explicado que la Societé de Banques Suisses, que tenía parte de
los fondos, en francos suizos, de la herencia de don Juan, desapareció, al
igual que la otra entidad, Societé Generale Alsacienne de Banques, absorbida por
Societé General.
Sus archivos están destruidos y los bancos no tienen
obligación de conservar los datos de sus clientes más allá de diez años, y han
pasado veinte desde que murió el conde de Barcelona, en 1993.
Después de que "El Mundo" publicase la información
sobre la herencia de Juan de Borbón, y que parte de la misma estaba en tres
cuentas suizas, tantoIzquierda Unida como UPyD quisieron preguntar al Gobierno
si el rey había cumplido con sus obligaciones con Hacienda en relación al
dinero recibido, pero la Mesa del Congreso, dominada por el Partido Popular,
vetó su formulación.
Sólo aceptó una única pregunta relacionada con el asunto del
diputado del PSOE Pedro Saura, que no mencionaba las obligaciones tributarias
del rey y se refería en genérico al tema de esta manera: "¿Qué
información puede el Gobierno facilitar acerca de la noticia aparecida en
el diario El Mundo, en su edición del 31 de marzo de 2013, respecto del
patrimonio que habría dejado en herencia el Conde de Barcelona a su
fallecimiento?".
El presidente del Congreso, Jesús Posada, explicó entonces a
los periodistas que la Mesa había dado trámite a las preguntas de las que el
Gobierno tiene competencia y había rechazado aquellas referidas a
"personas concretas" o a cuestiones de las que no tiene conocimiento
el Ejecutivo.
En la información publicada el 31 de marzo de este año,
firmada por Ana María Ortiz, "El Mundo" desvelaba que Juan de Borbón
murió rico y dejó a sus hijos una herencia de 1.100 millones de pesetas, entre
fondos en tres cuentas suizas e inmuebles. Del saldo en tres cuentas suizas, un
total de 728 millones de pesetas, el rey fue destinatario de 375 millones. Pero
de su fortuna personal nadie quiere hablar.
Pujol, destrozado. Y el rey, encumbrado.
De eso se trata.
Todos los que legítimamente y con razón critican a Pujol,
pierden autoridad moral para hacerlo si no hacen lo mismo con el rey. Así de
claro.
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