Estampa: cena para cuatro, especialidad del restaurante pescado ahumado. Nos sentamos, se acerca el camarero a preguntarnos por las bebidas. A los pocos minutos se acerca otro camarero que nos enseña una bandeja con las exquisiteces de las jornadas que celebran, carne alemana. Nos describe lo que aparece y, al mirarme, le digo "yo es que no como carne", a lo que él raudo contesta "pues no se nota". Yo aguanto estoicamente, sin mover un músculo de mi cara, que me haya llamado gordo sin cortarse un pelo; él, que se da cuenta, contesta "es una broma". Se acabó ahí toda posible conversación entre el camarero y el cliente. En cualquier caso, a pasar de ir a cenar y aguantar como el camarero de insulta gratuitamente, la cena estuvo muy bien y la compañía mejor.
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