Hoy ha sido un día histórico en la Historia de España, valga la redundancia, nos guste o no, seamos monárquicos o republicanos. Hemos visto casi de todo estos años: cambios de Papas, caídas de muros de Berlín, desaparición de la URSS, primavera árabe, Sadames y Gadafis pal' piso, guerras, 11S, 15M y ahora nos toca un cambio de rey en nuestra España cañí. En Madrid era fiesta, el Corpus (¿aún sigue siendo fiesta el Corpus en algún lugar? está claro que sí) pero no así en el resto del país, así que obviamente me perdí la parafernalia esta mañana y pude ponerme al día en los resúmenes tipo bucle de la televisión. Ahora, si algo me ha impresionado, IMPRESIONADO, es el nivel de los periodistas de la televisión del réginem, ¿han visto algo más servil y cortesano? Más que una noticia seria, institucional y que forma ya parte de la Historia de España, parecía un acto frivolón contado a la manera de la prensa más rosa. Terrible espectáculo, terrible guión, terribles comentarios. De pena. Escuchando a esta gente se diría que el 200% de los españoles estaba feliz, que aquí no hay nadie que disienta, nadie es republicano, ni un alma. Parece que ya solo podemos encontrar voces divergentes en los periódicos online, en Facebook, en Twitter.
Pero es lo que tenemos, dos partidos simbióticos encantados de conocerse que lo tienen todo controlado y arreglado; no suframos y disfrutemos de los nuevos tiempos, de los nuevos reyes, de la nueva princesita, de los austeros modelitos, de los gestos, de los mil besos balconeros. Disfrutemos y callemos.
¿Lo mejor? sin duda nuestro sentido del humos, que no nos lo quitan ni el fútbol ni la crisis. Ah, y que no se haya visto a Rouco u obispo alguno.
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