Bajé en moto a Santa Cruz anoche por aquello del aparcamiento, para cenar con mi familia. Todo muy bien, buena comida y mejor conversación: anécdotas, novedades, un poco de política y algo de fútbol (conversación en la que hasta hablé yo aprovechando para mostrar mi indignación por la condescendencia de Hacienda con los clubes de fútbol y sus millonarias deudas).
No hay tradición de Papa Noël en mi familia, pero aún así mi tío nos regaló unos detallitos que son siempre de agradecer, pues a nadie le amarga un dulce. Pueden ver en la foto un "caganer" recién traído de Barcelona, un libro y un despertador. Al final de la noche vuelta a coger la moto, enfundado en ropa para la ocasión, bufanda incluida, para llegar a casa medio congelado. Felicidad perruna, un rato en el jardín y a la cama. Hoy ya día de Navidad, 25 de diciembre, fun fun fun. Yo en pie desde las 8 porque mis perritas no perdonan su pis mañanero, sentado frente al ordenador a ver si termino de una vez una prescripción y una tasación atravesada, escuchando la ópera de Verdi "Falstaff" en el Spotify.
Por cierto, pocos petardos escuché anoche, no sé si porque la normativa ha cambiado, los padres se han concienciado del peligro o simplemente son cada año más caros y la crisis no da tregua. Los perros lo agradecieron.
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