Como cada primavera, el Parque Nacional del Teide se viste de gala con la llegada del buen tiempo a las cumbres de Tenerife. Cada estación regala al visitante a este emblemático espacio protegido diferentes composiciones de la madre naturaleza. Y tras un frío y en frecuentes ocasiones blanco decorado invernal, que también atrae a muchos visitantes, llega la época del año en que se manifiestan con mayor evidencia los procesos de la vida. Uno de los más espectaculares que se pueden contemplar en el Parque es la floración de los tajinastes rojos (Echium wildpretii) con sus flores rojo-púrpura que pueden sobrepasar los dos metros de altura.
Centenares de estos individuos decoran el lienzo del Parque Nacional y resaltan en el arco iris cromático formado por las otras muchas especies presentes, tales como los blancos y rosados de la retama del Teide o el amarillo limón de la hierba pajonera. Buenos lugares para disfrutar de esta experiencia son los miradores del Tabonal Negro, los Azulejos o del Llano de Ucanca si la visita se hace por carretera y la ruta de las Siete Cañadas si se hace caminando.
canariasahora.es
Centenares de estos individuos decoran el lienzo del Parque Nacional y resaltan en el arco iris cromático formado por las otras muchas especies presentes, tales como los blancos y rosados de la retama del Teide o el amarillo limón de la hierba pajonera. Buenos lugares para disfrutar de esta experiencia son los miradores del Tabonal Negro, los Azulejos o del Llano de Ucanca si la visita se hace por carretera y la ruta de las Siete Cañadas si se hace caminando.
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