Anoche retomamos nuestro Club de Cine, a pesar del calor en la calle, ayudado a su vez por el que produce el proyector, que les aseguro que no es baladí. Escogía Pacote, y su elección fue El verdugo, la película de Berlanga del 63. El argumento es simple: José Luis, empleado de una funeraria, proyecta emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Su novia Carmen es hija de Amadeo, verdugo de profesión. Cuando éste los sorprende a ambos en la intimidad, los obliga a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos de los recién casados, Amadeo, que está a punto de jubilarse, logra convencer a José Luis para que solicite la plaza que él va a dejar vacante, lo que le daría derecho a una vivienda. Presionado por la familia, José Luis acepta la propuesta de su suegro, convencido de que jamás ejercerá tan ignominioso oficio.
Humor genial, muy español y en algunos momentos surrealista, con unos actores estupendos y una visión de España que para nosotros es inaudita a veces y que, posiblemente, donde la generación anterior a la nuestra se vea reflejada completamente. En la película todos los tópicos españoles juegan un papel relevante y es tan políticamente correcta que habría que plantearse si Berlanga no hacía una sutil crítica al Régimen, que los censores de mentes obtusas no supieron ver: Mallorca, las extranjeras, las misses, los curas, los funcionarios, la nobleza, la Guardia Civil, los modernos, el recomendado, el Patronato, el pisito en las afueras...
Divertido fue también ir descubriendo la cantidad de actores con papeles pequeños que fueron apareciendo, actores que con los años serían imprescindibles en las películas, el teatro o las series de televisión.
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