sábado, 5 de febrero de 2011

NI ESTÁ, NI SE LE ESPERA

Hoy me he quedado en casa, calentito, con mis perras viendo la tele. Había bajado por Internet la miniserie de dos capítulos "23-F, el día más difícil del Rey", o algo así. Tenía yo dieciocho años cuando el Golpe de Estado, y aunque me acuerdo bastante bien nunca supe de manera certera qué había pasado realmente durante todas esas horas en que el Congreso estuvo tomado por Tejero, en los cuarteles, en el palacio de la Zarzuela, en las Capitanías Generales, los Gobiernos Civiles, etc. Demos gracias de que aquella vez el absurdo "golpe de timón", como lo llamaban los salvadores de la patria, erigidos a sí mismos por supuesto, no saliera bien. Incluso en épocas tan tristes como ésta, con tanto paro y malestar social, la democracia, aunque con sus carencias, es lo mejor que podemos tener.
Esta gente da miedo, aunque me gustaría pensar que con el cambio generacional prácticamente han desaparecido. Los visionarios y salvadores que nos muestran el (su) camino, cuanto más lejos mejor, y en puente de plata. Ahora ya no tenemos militares visionarios, pero no nos libramos de los políticos corruptos. Harán falta entonces más puentes de plata.
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PD. Al menos los cabecillas acabaron todos en el talego, como debe ser.

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