¿No parece anacrónico escribir unas letras con un título tan añoso? Al menos en Europa, cuna de la libertad, de la revolución Francesa, de la Industrial, de la democracia griega. Pero no, aquí estamos, en pleno siglo XXI volviendo a hablar de libertades, de intolerancia, contra las más puras y antiguas ideas reaccionarias.
Mujeres, homosexuales, empobrecidos, inmigrantes, trabajadores todos alimentando al lobo para que coja resuello y sople, sople fuerte; la historia al revés. Me recuerda tanto esto a la novela de Philip Roth "La conjura contra América" que da miedo. Esta novela debería ser lectura obligatoria en los colegios.
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