Hubo un tiempo, en las postrimerías de la época de Felipe González, años ha, donde cada despertar era un devenir de sorpresas (in)esperadas; no iba a poder ponerse la cosa peor, creíamos ingenuotes: GAL, caso Guerra, caso Roldán, caso Paesa, etc. etc. Con el ¡váyase señor González! siguieron pasando los años y llegó la Guerra del Golfo, la de Irak, Aznar y Bush departiendo en yanqui sobre armas de destrucción masiva, el ISIS, el ¡ha sido ETA!, la crisis, el COVID hoy. Ahora en España, completamente olvidada la asignatura optativa de "Ética" y con la filosofía reducida a escombros en los colegios, hemos entrado en la era de las comisiones. Todo es comisionable, desde las mascarillas en el cénit de la pandemia -y de los muertos-, el fútbol y sus eméritas competiciones allende los mares, los aristócratas Luises, que no los 100.000 hijos del santo, y sus amistades peligrosas o las amistades de los peligrosos aristócratas, que lo mismo da; Urdangarin y sus secuaces lo vinieron venir y se apuntaron raudos al carro. Comisiones por las que a nadie se le cae la cara de vergüenza, por las que nadie se mueve para no salir en la foto o para alejarse de los focos.
¿Y por qué íbamos a hacerlo si no hemos hecho nada ilegal? repiten a modo de mantra, una y otra vez.
Si antiguamente la culpa de todos los males del mundo la tuvo el diablo y después Zapatero, ahora ha vuelto a ser de este gobierno de rojos, de Pedro Sánchez y de su cohorte de fiscales. Así vamos. Me pregunto, de verdad, si el Armagedón estará ya cerca y esto sólo son avisos para navegantes.
Asco me dan, jetas inconmensurables, aprovechados, inmorales, ladrones. Otros miedo, que no si es peor. Vergüenza, todos ellos.
♫
*Cantando bajo la lluvia, BSO. Jene Kelly.
No hay comentarios:
Publicar un comentario