miércoles, 6 de abril de 2022

JUICIOS PARALELOS (PARA LELOS)

Compareció ayer en el Parlamento español el presidente ucraniano Zelenski, por videoconferencia, terminada su diatriba con aplausos de todos los diputados. O casi.
Periodistas y entendidos todos hablan esta mañana de aquellos diputados que no aplaudieron el discurso por una y otra razón, que haberlas haylas. O sea, que, si bien Ucrania no debe ser el país más democrático del mundo -pocos lo son-, ¿justifica este hecho el no condenar la invasión del ruso abusón? No lo entiendo, aunque también es verdad que la política internacional es difícil de entender por mucho que uno lo intente. Sanciones económicas miles pero el gas y el petróleo ruso ni me lo toquen. 
Ahora, pierda quien pierda la guerra (Ucrania, Ucrania), sí podemos vislumbrar el ostracismo mundial en  que quedará la madre Rusia después de esta guerra (Operación Militar Especial, Putin dixit).
Zweig, si hubiera escrito hoy "El mundo de ayer (Memorias de un europeo)", hubiera podido sumar a las barbaries de la Primera y Segunda Guerra Mundial las posteriores guerras europeas para acabar con Ucrania. Comienza su libro, tras una cita de Goethe, escribiendo Si busco una fórmula práctica para definir la época antes de la Primera Guerra Mundial, la época en que crecí y me crié, confío en haber encontrado la más concisa al decir que fue la edad de oro de la seguridad. (...) Dicho sentimiento de seguridad era la posesión  más deseable de millones de personas, el ideal común de vida. Mucho ha llovido desde entonces, demasiado.

Educados en el silencio, la tranquilidad y austeridad,
de repente se nos arroja al mundo;
cien mil olas nos envuelven, todo nos seduce, muchas cosas nos atraen,
otras muchas nos enojan, y de hora en hora
titubea un ligero sentimiento de inquietud;
sentimos y lo que sentimos
lo enjuaga la abigarrada confusión del mundo.

GOETHE
Van Morriso, *Days like this.

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