En el trabajo nos encontramos con semanas buenas, pocas, pero las hay; también malas y peores, las más normales. Ésta, por poner un ejemplo, está resultando ser de las últimas. Con un buen ambiente de trabajo, del que tanto se ha escrito, tenemos claramente una parte ganada y el trabajo fluye con mucha más felicidad. En cambio, en el otro lado de la moneda, nos encontramos ese ambiente tóxico, espeso, denso, negro, venenoso, que poco o nada ayuda a llegar a buen puerto cada día pero que, como no queda otra, uno va aprendiendo a navegar como puede con sus pobres artes marineras que casi nunca resultan ser suficientes. Pero aquí seguimos, rodeados de hienas (pobres animales, siempre metidas en estos lares), aguantando y colocando las X sobre los días en el calendario de sobremesa. Todo llega, no hay sino que aguantar un poco más.
Pensaba esto anoche mientras leía sobre la recuperación del actor Antonio Resines, que parece haber superado el COVID. Ya ves, me dije, cada uno aguanta su cruz, algunas mucho más pesadas que otras, para qué nos vamos a engañar. Aproveché para ver el último programa de Jesús Calleja, online, esta vez rodado en Costa Rica y acompañado por el propio Resines. Uno de estos programas entretenidos, con unos paisajes maravillosos, donde los personajes rezuman optimismo y vitalidad. Me gustó verlo, me animó, sin duda. Lo comparto feliz con ustedes:
https://www.cuatro.com/planetacalleja/a-carta/antonio-resines-costa-rica-completo_18_3283099269.html
♫
Luz Casal, *Un día marrón.
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