Hablaba anoche con mi prima, largo y tendido, después de saber que a mi tía le había dado un yeyo, más susto que otra cosa, según me contaba. Y así, de una cosa a otra, acabamos hablando de infartos fulminantes, ictus, cánceres, COVID ¡cómo no! y demás vasto catálogo de patologías, todas desagradables. Inevitablemente piensa uno en lo vulnerables que somos; deportistas o vagos, jóvenes o viejos, flacos o gordos, guapos o feos, aparentemente sanos todos. Nunca lo pensamos suficientemente, pero ¡a vivir que son dos días!
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