Es hora de quitarnos la máscara y de plantearnos seriamente en qué lado estamos, no es posible ver y mirar para otro lado. Cuando la Primavera Árabe, Occidente aplaudía las revueltas y el advenimiento de la democracia a tantos países; con los EEUU pasaba algo similar, aunque no estaba tan bien visto que se mantuvieran en Afganistán o en países como Irak. Ahora los americanos se han ido de Afganistán y los talibanes han recuperado su antiguo feudo, con la cara lavada y las formas dulcificadas ante la mirada expectante del mundo. Pero, ¿en qué quedamos? ¿suspiramos por la no intervención de los Estados Unidos o por lo contrario? Tardando están las mentes pensantes en echarle la culpa de todo a Israel, a Zapatero o al propio Pedro Sánchez, ya que estamos.
Qué bonito mundo estamos preparando para nuestros hijos.
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