García Márquez habría escrito un magnífico libros sobre el amor en los tiempos del Covid, sin duda, y hablaría igualmente del amor verdadero, el que perdura y es capaz de superar las adversidades. Este tiempo de pandemia en el que vivimos ha hecho mella en todos, de una manera u otra, sin hablar de los que han muerto y que, desgraciadamente, morirán. Por eso las noticias sobre la efectividad de la vacuna, la campaña mundial de vacunación, etc., son puro optimismo. Una de las afecciones que sobre esta palabra nos dice el Diccionario de la lengua española es tan simple como atribuirle al universo la mayor perfección posible. Estarán de acuerdo conmigo que esto sí es optimismo, y del grande. Aún así no es suficiente, el color del cristal con el que vemos la vida varía tanto que cualquier tema de conversación puede convertirse, sin que fuera esa la intención incicial, en una diatriba. A esto hemos llegado, qué pena, acabaremos hablando del tiempo como si de una conversación de ascensor se tratara. Pero, volviendo al optimismo, no tiro la toalla, no va en mi naturaleza. Asirse a una buena noticia es tan necesario hoy como al clavo ardiendo de toda la vida. Lograr ver el vaso medio lleno sigue siendo la mejor de las dos opciones.
El virólogo asturiano Juan Fueyo, que investiga el cáncer en Houston desde hace más de 25 años, dice en una entrevista que en mayo, la vacuna habrá vencido a la pandemia. Por otro lado la colchicina: un tratamiento milenario y de apenas 3 euros que reduce un 25% las hospitalizaciones. VASO MEDIO LLENO.
Los contagios de coronavirus superan los 100 millones en todo el mundo; Portugal rebasa las 11.000 muertes; Alemania supera su negro récord. Innecesaria enumeración periodística diaria, estadísticas negras que no ayudan. "Con esto de la lentitud de las vacunas seguro que el Gobierno vuelve al triaje y deja de vacunar a los viejos" (oído ayer en un duelo). "Fíjate que han descubierto un medicamento que parece que solo es efectivo en un 25%, ¿y el 75% restante" (en mismo duelo, precisamente hablando de la colchicina, sin mencionarla). VASO MEDIO VACÍO.
Y como no era suficiente, ahora bombardeo constante sobre las futuras elecciones catalanas, la marcha del ministro Illa, los nuevos, los dichosos sondeos... CORTINA DE HUMO.
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PD. Úlimamente parece que los conspiranoicos, antivacunas y majaderos varios están menos en candelero, ¿habrán visto la luz? Igual, visto lo visto, están encerrados en casa poniendo velas a su gurú particular para que los vacunen, aunque luego lo nieguen tres veces, y las que hagan falta. Yo les invitaría a leer un poco (un libro con dibujos, uno facilito) sobre la viruela o la polio, solo esto. A los terraplanistas los di por perdido hace ya tiempo, aunque las pruebas gráficas que aportan son escalofriantes, sin duda.
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