Varias ciudades del país ordenan
a los agentes arrestar a personas sin hogar para evitar que perezcan de
hipotermia por la ola de frío siberiano.
Bruselas 3 MAR 2018 - 09:28 CET
https://elpais.com/internacional/2018/02/27/mundo_global/1519725895_987922.html
Un indigente duerme a las puertas
del Parlamento Europeo en Bruselas, este miércoles. Delmi Álvarez
La ola de frío siberiano que
recorre Europa obliga a tomar medidas excepcionales. Bruselas no es
la ciudad más gélida del continente, pero con los termómetros aproximándose
estos días a los 10 grados bajo cero, la comuna de Etterbeek de la capital
belga ha sido pionera en recurrir a la policía para salvar vidas. Una ordenanza
municipal permite a los agentes detener entre las 20 horas y las siete de la
mañana a cualquier indigente que permanezca en la calle y se niegue a ser
trasladado a un albergue.
La medida, que se extenderá como
mínimo hasta el 8 de marzo, ya ha tenido sus primeros resultados. Diez personas
sin hogar de nacionalidad rumana fueron localizadas por la policía a las 22
horas del pasado domingo y llevadas a un albergue después de que un examen
médico determinara que corrían peligro en caso de seguir en el exterior. Lo
mismo sucedió al día siguiente con otros ocho indigentes. Ante el riesgo para
su salud, en ninguno de los dos casos se negaron a abandonar las calles, pero
si fuera necesario la policía puede obligar a los sin techo a refugiarse de las
bajas temperaturas contra su voluntad. Solo si opusieran resistencia violenta
acabarían en el calabozo. "Si alguien se tumba sobre las vías del tren
tenemos la obligación de socorrerle. La misma lógica se aplica para
temperaturas de 10 grados bajo cero", señala a EL PAÍS Vincent De Wolf,
alcalde de Etterbeek, el barrio donde tienen su sede algunas de las instituciones
comunitarias.
La iniciativa ha generado debate
y no ha contentado a todos. La ONG Front Commun SDF, que trabaja con
indigentes, ha argumentado en un comunicado su oposición frontal a la decisión.
"Qué escándalo que mueran de noche pasando frío. Pero si mueren en otro
momento no pasa nada", critican. La entidad cree que aquellos que
prefieran evitar los centros se esconderán en nuevas ubicaciones donde los
trabajadores sociales no podrán ayudarles abocándoles a un peligro mayor, y
estima que la medida ha sido improvisada. "¿Cómo se decide que la
situación es crítica? ¿Menos cuatro, menos seis, menos 15 grados? Los que están
acostumbrados son especialistas en protegerse del frío y sufren más durante el
día".
Las autoridades no lo ven así. Y
la inquietud se ha extendido más allá de la capital belga, donde se estima que
3.000 indigentes viven en sus calles. Los Ayuntamientos de Villa de Bruselas,
Verviers, Lieja o Namur ya han dado instrucciones a la policía para que imite
el modelo de Etterbeek.
El mercurio se ha hundido hasta
convertir la semana en la más fría del invierno, y la sensación térmica ha sido
aún menor debido al viento. Sus consecuencias ya se dejan notar. Este martes,
con el transporte público casi paralizado por una huelga, un grupo de pasajeros
aguardaba la llegada de los escasos tranvías en circulación fuera de la parada,
concentrados en un tramo de acera sobre el que caían los rayos del
sol.
El frío glacial ha dejado
estampas poco habituales por todo el continente. Roma se ha teñido de blanco
por primera vez en seis años. Algo similar ha sucedido en Cataluña. Pero sus
efectos más extremos ya se han dejado sentir. Casi una cuarentena de personas
han muerto en Europa por las heladas.
Bélgica busca evitar escenas
similares. Los agentes ya no solo deben perseguir el robo o el tráfico de
drogas. Tienen ante sí la función adicional de convertirse en una suerte de
policía del frío para actuar frente a la negligencia en el cuidado de sí mismos
en que pueden incurrir aquellos que deciden pasar la noche al raso pese al
riesgo de hipotermia. El alcalde de Etterbeek no tiene ninguna duda sobre la
conveniencia de su precepto: está dispuesto a implantarlo cada vez que la
ciudad se convierta en un inmenso congelador. "Tengo la obligación legal
de proteger a los que están en la calle. Mi ordenanza es humana, respetuosa y
proporcionada".
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